PORTUGAL

Sócrates denuncia "intereses ocultos" que quieren derribarlo

El jefe del Estado luso niega estar implicado en un escándalo de corrupción inmobiliaria.

El primer ministro portugués, José Sócrates
Sócrates denuncia "intereses ocultos" que quieren derribarlo
REUTERS

El primer ministro portugués, José Sócrates, vuelve a ser objeto de un escándalo político destapado por los medios de comunicación, negado por la Fiscalía General de la República, y por el propio jefe del Gobierno que calificó de "campaña negra" urdida por "intereses ocultos" las sospechas que lo relacionan con un caso de corrupción en la concesión de la licencia de un centro comercial en 2002, cuando era ministro de Medio Ambiente del Gobierno de Antonio Guterres.


En los últimos días la actualidad política en Portugal sólo tiene un nombre: José Sócrates, al que medios de comunicación, como las revistas 'Visao' y 'Sábado' y la televisión TVI, acusan de haber recibido comisiones en 2002 por conceder la licencia del 'oulet' Freeport Alcochete, uno de los mayores de Europa, propiedad de la compañía británica Freeport Leisure.


Además, destaparon que la Justicia británica envió una carta rogatoria a la Fiscalía General de la República portuguesa en la que solicitan que investiguen las cuentas del primer ministro puesto que tienen sospechas de que éste pudo haber "solicitado, recibido o facilitado pagos" para licitar el referido centro comercial. Y aseguran que existe un vídeo en el que Sócrates habría pedido un soborno a Charles Smith, responsable de la empresa británica.


Y con estas afirmaciones llegó el escándalo, las reacciones, las explicaciones y las insinuaciones. Ya que no se puede olvidar que este año hay elecciones legislativas en Portugal y todo indica que Sócrates será de nuevo el candidato de los socialistas y con opciones de renovar su mandato.


Sócrates habló sobre el denominado "Caso Freeport" cinco veces en una semana, pero la última y la más contundente fue el jueves, después de que la Fiscalía General de la República, ante "la alarma social" creada, emitiese un comunicado en el que negaba la implicación del jefe del Gobierno en este caso y aunque reconoció la existencia de la carta rogatoria, recibida el 19 de enero, señaló que "no contiene ningún hecho jurídicamente relevante" que permita acusar a nadie y matizó que la investigación fue reabierta en septiembre de 2008 y aunque la Policía Judicial rastrea diversos movimientos bancarios, hasta la fecha "no hay sospechosos ni acusados".


Pocas horas después, el primer ministro, con semblante serio y determinado, habló al país. En una intervención corta pero directa y enérgica, Sócrates fue tajante. Comenzó negando cualquier implicación en el caso Freeport y aseguró que la autorización ambiental se realizó "obedeciendo al cumplimiento riguroso de todas las normas legales en vigor".


Después comenzó el contraataque. Afirmó que todo esto no pasa de ser "una campaña negra" orquestada por "poderes ocultos" que "a través de las fugas de información selectivas, manipuladas y orientada a un único objetivo: afectarme política y personalmente".


El jefe del Gobierno recordó que no es la primera vez que esto ocurre y que ya fue objeto de las mismas "calumnias" durante la campaña electoral de las legislativas de 2005 y que, curiosamente, se vuelve a producir este año, que vuelve a haber elecciones. Y envió un mensaje a esos "poderes ocultos" a los que aseguró que "nada le moverá de su camino" y les recordó que "en democracia no vencen los que usan el arma de la calumnia". Al final reiteró su "total confianza en la justicia" y su "disposición" para colaborar con ella.


Por si esto no fuera suficiente, la directora del Departamento Central de Investigación y Acción Penal, Candida de Almeida, reveló esa misma noche en una entrevista a la televisión pública, que Sócrates sólo fue asociado al caso por ser en aquel momento ministro de Medio Ambiente y que nada indica que sea sospechoso, pero reconoció que sobre su tío, Julio Monteiro, había indicios, aunque insuficientes, de que recibió dinero.


Sin embargo, ante esta tormenta política, en la que se llegó a insinuar que el primer ministro iba a dimitir, la reacción del resto de los partidos políticos sorprende, o no, sobre todo porque en el último trimestre del año habrá elecciones legislativas.


El líder de la oposición, los socialdemócratas del PSD (centro derecha), afirmó que "Sócrates merece toda nuestra confianza institucional" y aseguraron que "no haremos ninguna instrumentalización de este tipo de situación". Los comunistas y el Bloco de Esquerda hicieron votos para que este proceso no desencadene una "estrategia de victimización" del gobierno y pidieron que las investigaciones se concluyesen "antes del juicio político".


El CDS-PP (derecha) afirmó que "no comentamos procesos judiciales en curso", aunque uno de sus miembros, que curiosamente fue ministro de Exteriores con Sócrates, Freitas do Amaral, declaró que esto no pasa de "una campaña de rabia en un clima de miedo con elecciones a la vista".


Mientras, el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, se mantiene en silencio, los analistas políticos, en su gran mayoría, no ven razones para que cambie el gobierno o haya elecciones anticipadas, otros se preguntan por qué esta investigación es tan lenta, en la calle no hay otro tema de conversación, aunque algunos se preguntan por qué no se habla de los verdaderos problemas del país ya que parece que la campaña electoral ya ha dado el pistoletazo de salida.