DEFENSA INTERNACIONAL

Rusia celebra las "correcciones" de EE. UU. sobre el escudo antimisiles

Los dirigentes rusos tardaron un poco en reaccionar al anuncio del presidente estadounidense, Barack Obama, de renunciar al modelo de escudo antimisiles concebido por su predecesor, George W. Bush. Parece como si Moscú recelase de los buenos propósitos de Obama. Pero, al final, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha celebrado la medida, calificándola de "responsable", aunque ve fundamental el inicio de una negociación para crear un sistema de defensa más amplio que proteja a "todos los países europeos".


El comunicado del presidente estadounidense "demuestra que hay condiciones para un trabajo conjunto entre Moscú y Washington en relación con la defensa antimisiles", señaló hoy el máximo dirigente ruso. Según sus palabras, "debemos tener en cuenta los intereses y preocupaciones de todas las partes y garantizar la misma seguridad para todos los países en el espacio europeo", queriendo dar a entender que Rusia debe estar incluida y que no se puede ignorar su opinión como intentó hacer Bush.


Medvédev dijo que "habrá que llevar a cabo las correspondientes consultas a nivel de expertos y estamos preparados para ello". Al mismo tiempo, el jefe del Kremlin reiteró la postura planteada por Rusia durante la cumbre Rusia-EEUU del pasado mes de julio en Moscú en el sentido de que es necesario "evaluar los riesgos asociados a la proliferación de misiles en el mundo". "Estoy dispuesto a continuar el diálogo", recalcó.


El ministro de Exteriores ruso, Seguéi Lavrov, también hizo hincapié en la cuestión de calcular los riesgos para la seguridad mundial de los cohetes instalados en uno u otro país. Y aquí es donde los expertos ven posibles discrepancias entre Moscú y Washington.


Lavrov llamó otra vez a "aprovechar la ocasión para lograr unas conversaciones con Teherán que podrían llevarnos a resolver el problema de su programa nuclear". Moscú tampoco ve que los misiles con los que está equipado el Ejército iraní constituyan una seria amenaza, mientras que EEUU sí lo cree. En cualquier caso, Medvédev declaró que, durante el encuentro que tiene previsto con Obama el próximo día 23 en Nueva York, "tendremos una buena oportunidad de intercambiar puntos de vista sobre todos los aspectos de la estabilidad estratégica, incluido el escudo".


Por su parte, el representante ruso ante la OTAN, Dmitri Rogozin, afirmó que "los Estados Unidos no han renunciado al escudo". Según su opinión, "lo que proponen es otra configuración más flexible de emplazamiento de los elementos del escudo en plataformas móviles desplazables allí donde sea necesario". En este sentido, Rogozin advirtió que "los americanos instalarán cohetes en sus navíos, en los que se pueden acercar a Rusia si se produjese un empeoramiento de las relaciones". El representante ruso manifestó que serán los militares y los especialistas en armamentos quienes tengan la última palabra.


Las tensiones entre Rusia y EEUU debido al proyecto de la administración Bush de instalar una estación de radar en la República Checa y diez misiles interceptores en Polonia se exacerbaron en 2007. El año pasado, Washington firmó con Praga y Varsovia los convenios para el despliegue. En noviembre, nada más ser elegido Obama presidente de EEUU, Medvédev lanzó la amenaza de colocar cohetes tácticos Iskander en el enclave de Kaliningrado, la antigua Prusia Oriental, con el fin de "neutralizar", en caso de necesidad, el sistema de defensa antimisiles norteamericano. En julio, el presidente ruso le propuso a Obama un escudo antimisiles "global".