El nuevo presidente de Cuba, Raúl Castro, estrenó oficialmente sus funciones protocolares recibiendo en el Palacio de la Revolución al secretario del estado Vaticano, el cardenal Tarsicio Bertone, quien con ese encuentro cerraba los seis días de visita oficial a la isla, con los que se conmemoró el décimo aniversario de la histórica visita del papa Juan Pablo II.

El encuentro marca uno de los puntos culminantes de la agenda del enviado papal quien busca mejorar las relaciones Iglesia-Estado, de manera que permitan a los dirigentes católicos de la isla acceder a mayores espacios de participación y, como en su día hizo el papa polaco, dio un espaldarazo al gobierno comunista al denunciar que el "bloqueo (impuesto unilateralmente por Estados Unidos hace casi 50 años) es una opresión para el pueblo cubano".

Avances oficiales

De los avances -conseguidos tras la visita de Juan Pablo II, cuyo décimo aniversario se conmemoró con este viaje- daba cuenta este martes el hecho de que el diario 'Granma', órgano del Partido Comunista de Cuba, publicó un inusual comunicado de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.

Los obispos daban cuenta de su encuentro con Bertone y cómo siguió la iglesia la decisión de Fidel Castro, ahora "compañero Fidel", de no aspirar a volver a gobernar, así como expresaron sus deseos de que el Raúl Castro y su gobierno, "tengan la luz de lo Alto para llevar adelante con decisión esas medidas trascendentales que sabemos deben ser progresivas, pero que puedan comenzar a satisfacer desde ahora las ansias e inquietudes expresadas por los cubanos".

En una conferencia magistral pronunciada en el Aula Magna de la Universidad de La Habana ante altos funcionarios isleños, Bertone reiteró que el embargo "es una opresión para el pueblo cubano" y una "violación de su independencia".