LOS DESACUERDOS "NO SON DE PALABRA, SON DE SUSTANCIA"

Putin y Bush no consiguen cerrar la disputa por el escudo antimisiles

Los presidentes ruso y norteamericano firmaron en su reunión en Sochi un "marco estratégico" que sienta las bases de la relación entre ambos países para el futuro en áreas como la no proliferación de armas de destrucción masiva o la economía.

El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó este domingo que en su reunión no ha habido "avances drásticos" en áreas de desacuerdo, como el escudo antimisiles que EEUU planea instalar en Europa del Este, pero el diálogo ha sido "positivo".


Putin y su colega estadounidense, George W. Bush, firmaron en su reunión en Sochi un "marco estratégico" que sienta las bases de la relación entre ambos países para el futuro en áreas como la no proliferación de armas de destrucción masiva o la economía.


El documento también menciona la defensa antimisiles, aunque no establece el acuerdo sobre el escudo antimisiles que EEUU planea instalar en Europa del Este al que había aspirado originalmente la Casa Blanca.


En una rueda de prensa conjunta con su colega estadounidense, George W. Bush, Putin afirmó que los desacuerdos en torno al escudo antimisiles "no son de palabras, son de sustancia".


Ambos mandatarios hicieron hincapié en que, aunque persisten las diferencias, el diálogo continúa.


"La declaración refleja las discrepancias existentes, ante todo en el dossier político militar. Pero es importante destacar que reafirmamos nuestra disposición de trabajar para superarlas", dijo Putin.


"Nuevamente reafirmamos que la era en la que Rusia y EEUU se veían mutuamente como enemigos o como amenaza estratégica ha terminado", agregó.


Por su parte, el presidente estadounidense declaró que la relación entre ambos se ha basado en "intentar librarnos de la Guerra Fría. Esta ha terminado".


Bush aludió asimismo al escudo antimisiles y apuntó que Estados Unidos ha ofrecido garantías a Rusia, que teme que ese sistema amenace su territorio.


Entre esas garantías se encuentra la posibilidad de que inspectores rusos examinen el dispositivo y la promesa de que no se activará hasta que un tercer país efectúe una prueba de misiles.


La declaración, afirmó el presidente estadounidense, reconoce que si esas medidas se ponen en práctica "irán muy lejos en calmar las preocupaciones" rusas.