ALEMANIA

Periodistas bajo sospecha

La prensa alemana, revuelta al descubrir que dos de sus profesionales fueron de la policía secreta de la RDA.

El periódico 'Berliner Zeitung', uno de los medios escritos más populares de la capital germana, tiene el raro honor de haberse convertido estos días en una noticia que acapara la atención de la competencia y de sus lectores y que esta arruinando la reputación del rotativo a causa de sendos graves pecados cometidos por dos periodistas de la casa: haber sido agentes de la STASI, la temida policía secreta de la desaparecida RDA


Casi por casualidad, la redacción del Berliner Zeitung se enteró que Thomas Leinkauf, uno de los redactores más influyentes del periódico, jefe de la edición semanal "Das Magazin" y editor de la página tres del diario, que publica grandes reportajes, tenía un pasado turbio. El periodista de 54 años había trabajado, bajo el seudónimo "IM Gregor", entre mayo de 1975 agosto de 1977 para la STASI.


Cuando el redactor fue confrontado a una carpeta de 120 folios que fue descubierta en la Oficina de Documentación de la STASI, un organismo oficial que alberga los archivos que no fueron destruidos, admitió su pecado y se defendió con una frase casi ingenua. "Era un joven estudiante", dijo a fines de la semana pasada.


Leinkauf ingresó al periódico en 1979 y después de la unificación, el periodista se convirtió en un especialista de la STASI. Su último aporte se publicó en enero de este año y en su artículo, el periodista intentó poner en duda la capacidad intelectual y moral del historiador Hubertus Knabe, famoso en Berlín por sus actividades para desenmascarar a los viejos espías de la STASI.


El lunes pasado, el periódico volvió a convertirse en noticia cuando trascendió la confesión voluntaria realizada por Ingo Preissler, subjefe de la sección Política, quien admitió ante la redacción que había sido espía de la STASI durante10 años. "Durante todo este tiempo guardé silencio por respeto y cariño a mis hijos", dijo el periodista.

Tras la unificación


Inmediatamente después de la unificación alemana, el periódico pasó a manos del grupo de Hamburgo, Grüner und Jahr, que se propuso convertir al rotativo en el 'Washington Post' de Alemania, un periódico liberal que no ocultara su propio pasado comunista. Aunque el periódico perdió lectores, ganó en credibilidad.


Inmediatamente después de la unificación, un grupo de investigadores de la Universidad de Dresde examinó con lupa el cuerpo de redacción del periódico, una operación que termino con la carrera de 12 colegas, que habían trabajado como espías de la STASI. La limpieza interna fue frenada por el primer editor del periódico, Erich Böhme, quien rechazo nuevas investigaciones para descubrir los pecados de sus periodistas.


Casi 18 años después, el Berliner Zeitung ha vuelto a ser víctima del pasado y lucha ahora con desesperación para evitar que la siniestra sombra de la STASI termine de arruinar la credibilidad del periódico. Para evitar el colapso, el director del periódico, Joseph Dependbrock, convocó a una conferencia de redactores para aprobar o rechazar una medida inédita en el mundo periodístico germano: exigir una investigación sobre el pasado de todos los periodistas que trabajan en el rotativo para preservar la credibilidad del diario.


La medida fue aprobada por 85 redactores, dos periodistas la rechazaron y otros dos se abstuvieron. El resultado de la votación hará posible que un grupo de investigadores de la Universidad Libre de Berlín y de la Universidad Viadrina de Francfort del Oder, puedan tener acceso a las actas de los periodistas que están almacenadas en la Oficina de Documentación de STASI


La medida puede provocar la renuncia de otros periodistas, pero evitará, como señalo el director del diario, que la desconfianza acabe con la reputación del periódico "Está en juego nuestra credibilidad y nuestra independencia", dijo.