LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Obama y Clinton se disputan los cotizados votos puertorriqueños

Los dos candidatos se juegan cerca de 60 delegados, además de otros siete "superdelegados" puertorriqueños antes de que el 3 de junio termine el proceso de las primarias.

Los puertorriqueños no podrán votar por el presidente de Estados Unidos en las elecciones de noviembre, pero sí tienen un papel determinante en la designación del candidato demócrata en las primarias del 1 de junio.

 

En busca de ese cotizado voto de los demócratas puertorriqueños, Barack Obama se paseó por las calles del viejo San Juan, habló ante un grupo de veteranos y se entrevistó con el gobernador Aníbal Acevedo Vilá y los líderes de los dos principales partidos.

 

Por su parte, Hillary Clinton llegaba a San Juan con la intención de explicar en un discurso titulado "Soluciones para Puerto Rico" cuáles son sus propuestas en materia de salud y de creación de empleos.


La ironía del papel de Puerto Rico en el actual proceso electoral de este año es que ha adquirido una importancia inédita en la selección del candidato demócrata, aunque los boricuas no tienen el derecho de votar en los comicios presidenciales de noviembre.


Puerto Rico, que depende de EE.UU. desde 1898, tiene un "estatus colonial" que se mantiene invariable desde que el Congreso de EE.UU. permitió en 1952 la firma de la Constitución del Estado Libre Asociado (ELA), que limita la autonomía de la isla en ciertos asuntos como defensa, relaciones exteriores, justicia o inmigración, entre otros.

El Partido Demócrata considera, entretanto, a Puerto Rico como un estado más a la hora de elegir a los candidatos a la Casa Blanca y cuenta con una representación proporcional a su población, de unos cuatro millones de habitantes.

En juego, 60 delegados


Según el presidente del Partido Demócrata de EE.UU. en Puerto Rico, Roberto Prats, este año los delegados demócratas puertorriqueños serán más que nunca, ya que esa formación política elevó un 10 por ciento su número para que las primarias fueran el 1 de junio y no se adelantaran.

 

Obama y Clinton se juegan, de esta forma, cerca de 60 delegados, además de otros siete "superdelegados" puertorriqueños antes de que el martes 3 de junio termine el proceso de las primarias con las votaciones en Dakota del Sur y Montana.


El senador por Illinois dispone de 1.969 delegados y necesita un mínimo de 2.025 para obtener la candidatura presidencial demócrata, mientras que Clinton, con 1.779 delegados, trata de lograr el suficiente respaldo para justificar la continuación de su campaña.

Iraq y Afganistán


Con las encuestas a favor de Clinton en Puerto Rico, Barack Obama aprovechó su primer acto de campaña para criticar las guerras de Iraq y Afganistán, porque, a su juicio, están basadas más en ideología que en una amenaza real.


Su primer acto fue ante un grupo de veteranos en el campus de Bayamón de la Universidad de Puerto Rico, ya que el lunes es el día dedicado a honrar a los caídos en las guerras en las que ha participado Estados Unidos.


Obama señaló que ya "es hora" de que terminen los conflictos bélicos en Iraq y Afganistán, porque EE.UU. "necesita combatir no vociferando ni intimidando, sino con diplomacia firme y alianzas sólidas". "Honrar a nuestros hombres y mujeres exige mucho (...) y el liderazgo civil debe servir a nuestras tropas de la misma forma que ellas nos sirven a nosotros", indicó.


Afirmó que es injusto enviar las tropas "a luchar en una guerra basada más en ideología y política que en una amenaza urgente" a la nación.

El aspirante demócrata aprovechó su discurso ante los veteranos para prometer que si llega a la Casa Blanca atenderá especialmente las necesidades de los soldados que regresan al país.


Obama se comprometió, en concreto, a mejorar los servicios del Hospital de Veteranos de Puerto Rico en San Juan para que los recluidos "sean tratados con respeto y dignidad".


Clinton pronunciaba un discurso centrado en propuestas "para mejorar la calidad de vida de las familias puertorriqueñas". Según un portavoz de la campaña de Clinton, la senadora se comprometía a que los boricuas tengan "acceso al mismo plan de salud universal" que hay en Estados Unidos.


También propondría extender los incentivos de reducción de impuestos contributivos para promover la creación de empleos en Puerto Rico.