El presidente de EE. UU., Barack Obama, afirmó que el Gobierno iraquí ha logrado "progresos sustanciales" y recibe cada vez más responsabilidad sobre el futuro de su país.

Obama habló así en una comparecencia ane los medios en la Rosaleda de la Casa Blanca después de reunirse por espacio de una hora con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki.

El presidente estadounidense reiteró el compromiso de su país de retirar sus tropas de combate para finales de agosto del año próximo, y su contingente al completo para fines de 2011.

Así, citó la retirada de las ciudades el mes pasado como una muestra de que EE. UU. cumplirá sus compromisos.

Advirtió que la violencia continuará en Iraq y "aquellos que quieren mantener el país dividido seguirán sus matanzas" pero aseguró que los insurgentes acabarán derrotados

Ambos mandatarios pusieron el énfasis en la excelencia de las relaciones y en la cooperación entre los dos países.

Obama aseguró, en este sentido, que la colaboración continuará en el camino para las elecciones del próximo diciembre "y haremos ajustes cuando sea necesario".

Por su parte, el primer ministro iraquí, que visitaba Washington por primera vez desde que el presidente George W. Bush dejó el poder el pasado enero, reiteró su compromiso para el desarrollo de unas instituciones sólidas en Iraq y para un verdadero reparto del poder entre suníes, chiíes y kurdos.

"Trabajaremos muy duro para impedir que florezca cualquier comportamiento sectario", prometió el primer ministro iraquí.

La visita de Maliki a Washington tenía como objetivo subrayar la normalización de las relaciones entre EE. UU. e Iraq y promover las relaciones económicas, culturales y educativas, según la Casa Blanca.

En los últimos tiempos, Obama, que ya se había reunido en abril con Maliki en un viaje sorpresa a Bagdad, ha querido presionar al Gobierno iraquí para que promoviera un verdadero reparto de poder y de la riqueza del petróleo entre las distintas comunidades.