RUSIA

Moscú sube el tono contra el incremento de buques militares de la OTAN en el mar Negro

Rusia, tras el reconocimiento de la independencia de las regiones georgianas de Abjazia y Osetia del Sur, centra ahora sus críticas en el cada vez mayor número de buques de la OTAN en el mar Negro y ha anunciado que vigilará los movimientos de la flotilla aliada. Mientras, Estados Unidos y sus aliados insisten en pedir a Moscú que de marcha atrás a su decisión.


Así pues, el epicentro del conflicto parece ahora bascular hacia el oeste, hacia el mar Negro, donde se encuentra un grupo de barcos encuadrados en el Grupo Permanente Marítimo 1 de la OTAN para realizar maniobras rutinarias. Rusia fue informada de estas maniobras, que consideró legítimas, pero saltaron todas las alarmas en Moscú cuando el pequeño grupo de barcos fue engrosado hasta alcanzar la cifra de diez buques y ahora parece que este número se incrementará hasta 18. Entre ellos está la fragata española Juan de Borbón.


"Dado el aumento de las fuerzas de la OTAN en el mar Negro, la flota (rusa) ha comenzado a tomar medidas para supervisar su actividad", indicó el jefe adjunto del Estado Mayor ruso, el general Anatoli Nogovitsin.


Por su parte, el vicealmirante Sergei Menyailo, comandante ruso de la base de Novorosiksk, situada en el mar Negro, señaló a la agencia de noticias RIA Novosti que, según las informaciones que maneja el Ejército ruso, "los barcos de la OTAN" en la región "están aumentando" y también aseguró que sus tropas "están supervisando la situación".


Hoy mismo un grupo de buques de la Flota del mar Negro rusa, incluido su buque insignia, el crucero lanzamisiles Moskva atracó en el puerto de Sujumi por invitación del presidente de Abjazia, según informó el portavoz de la Armada rusa, el capitán de navío gor Digalo, en declaraciones recogidas por RIA Novosti.


"Una vez concluida la visita, los buques continuarán cumpliendo misiones de paz en las zonas de seguridad anunciadas", señaló el portavoz. Al mando de la flotilla está el jefe de la base naval de Novorossiisk, el vicealmirante Sergei Meniaylo.


El propio Menyailo aseguró que las tropas que patrullan en estos momentos las aguas de Abjazia "son suficientes" para mantener la paz y la estabilidad en la región. "No planeamos aumentar nuestro número de barcos allí, pero todo depende de la estabilidad regional", añadió. "Estamos controlando las aguas territoriales y el área adyacente para asegurar la seguridad de los cargueros y prevenir el contrabando de armas y de vehículos militares", señaló.

Diez barcos de la OTAN


La OTAN había anunciado el envío marítimo de ayuda humanitaria a Georgia tras el cese temporal de hostilidades decretado el pasado 12 de agosto del conflicto mantenido entre el Ejército ruso y el georgiano por la región separatista de Osetia del Sur.


Estados Unidos, a través de un portavoz de su embajada en Georgia, anunció hoy que los dos barcos cargados de ayuda humanitaria que se dirigían al puerto de Poti, donde sigue habiendo patrullas del Ejército ruso, finalmente atracarían en Batumi, sin explicar las razones de la decisión.


El Ejército ruso informó ayer sobre la presencia de diez barcos de la OTAN en la zona; tres estadounidenses, uno polaco, otro alemán, un español y cuatro navíos turcos. El mando de la Alianza Atlántica en Europa, con sede en Bruselas, emitió el jueves un comunicado en el que informaba de que un grupo de barcos de guerra de la OTAN entraron en el mar Negro para llevar a cabo visitas portuarias de rutina y ejercicios con Estados miembros de la OTAN que limitan con el mar Negro.


La fragata española Juan de Borbón, la estadounidense USS Taylor, la alemana FGS Luebeck y la polaca ORP General K Pulaski se encuentran desde el pasado fin de semana en el mar Negro para realizar sendas visitas a los puertos de Constanza en Rumanía y Varna en Bulgaria, según la coalición atlántica, que ha rechazado que su presencia esté vinculada a la crisis en Georgia, tal y como denuncia Moscú. Los ejercicios, realizados por el Grupo Permanente Marítimo 1 de la OTAN, finalizarán el 10 de septiembre.


Además, una fuente de los servicios de inteligencia rusos que no quiso revelar su identidad, aseguró ayer a la agencia de noticias RIA Novosti que los navíos de la OTAN en la zona van armados con unos 100 misiles Tomahawk y misiles antibuque 'Harpoon'.

Condenas contra Rusia


Mientras, continúan las condenas de Estados Unidos y sus aliados y de parte de la comunidad internacional por el reconocimiento de la independencia de las dos regiones secesionistas georgianas. Sin embargo, el tono parece haberse elevado, aún más si cabe, con referencias a una nueva guerra fría e incluso a una guerra mundial.


Nicolas Sarkozy, el jefe de Estado francés y presidente de turno del Consejo Europeo, calificó esta tarde de "inaceptable" el movimiento de Rusia. "Es simplemente inaceptable" porque "tiene como objetivo el cambio unilateral de las fronteras de Georgia", declaró Sarkozy durante la ceremonia de apertura de la decimosexta Conferencia de los Embajadores.


El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, destacó, por su parte, que Rusia tiene una "gran responsabilidad en no iniciar una nueva guerra fría". Durante su visita a Ucrania, Miliband rechazó excluir a Rusia del G-8, si bien apeló a "reexaminar la naturaleza, la profundidad y la amplitud de las relaciones" en el marco de una "coalición" global en la que los miembros de la Unión Europea "deben actuar como uno".


El presidente ucraniano, Viktor Yushchenko, calificó, por su parte, de inaceptable la acción de Rusia y amenazó con aumentar el alquiler de la base ucraniana que acoge a la Flota del Mar Negro rusa. Ante la perspectiva de que cualquier país que no esté dentro de los pactos de seguridad internacionales puede ser el siguiente en soportar la fuerza militar rusa, dijo Yushchenko, Ucrania debe incrementar sus defensas y dar un empujón a su apuesta de adhesión a la OTAN.


También los principales aspirantes a la Casa Blanca, Barack Obama y John McCain, condenaron la decisión de Rusia de reconocer la independencia de las regiones separatistas georgianas y abogaron por aislar a Moscú.


Mientras, el presidente ruso, Dimitri Medvedev, viajaba a Dushanbe, la capital de Tayikistán, para tratar de conseguir apoyo de sus aliados del este en su política en Georgia.


Medvedev asistirá también a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shangai (SCO, por sus siglas en inglés) que se celebrará mañana, jueves, pero los aliados de Moscú en la antigua Unión Soviética, en Asia y en otras partes del mundo, que se han alineado tradicionalmente con el Kremlin y contra Occidente, han guardado silencio.


El mayor éxito para Rusia sería conseguir el apoyo de China cuando Medvedev se reúna con su presidente, Hu Jintao, durante la cumbre. Sin embargo, los analistas sostienen que Moscú no recibirá un respaldo decisivo de Pekín.