ATENTADOS EN BOMBAY

Los terroristas querían otro 11-S en la India

La cifra de muertos alcanza las 160 personas mientras las primeras pistas sobre la autoría de los atentados apunta a Pakistán

Los terroristas que protagonizaron la ola de ataques en Bombay querían hacer volar por los aires el hotel de lujo "Taj Mahal", según las declaraciones de uno de los presuntos atacantes capturados con vida, informó este sábado el diario "Times of India".


Azam Amir Kasav, un paquistaní de 21 años procedente de Faridkot, según el periódico, disparó con un cómplice sobre la multitud en la estación de trenes de la ciudad antes de ser detenido por la policía cuando intentaba huir en un automóvil robado. El prisionero resultó herido en la mano, mientras su compañero fue abatido por la policía. El hotel "Taj Mahal" es uno de los edificios más representativos de la metrópolis india.

Las fuerzas de seguridad indias pusieron a una serie de atentados en Bombay al tomar el último de los enclaves donde resistían hombres armados, el hotel Taj, y acabar con la vida de tres terroristas que se atrincheraban en el edificio.


"Los comandos mataron a tres terroristas después de un intenso tiroteo dentro del hotel", explicó a la prensa el jefe de la Guardia Nacional de Seguridad (NSG), J. K. Dutt.


Dutt, cuya organización ha llevado el peso de las operaciones, explicó que sus comandos de elite ya han ganado el control del lujoso Taj, situado en el corazón histórico de Bombay y frente a las aguas del Mar Arábigo.


La vía marítima fue supuestamente la utilizada por los terroristas para iniciar sus ataques contra diez puntos de la ciudad, el pasado miércoles por la noche. 


Casi 200 personas han muerto en los ataques y otras 283 resultaron heridas, según fuentes oficiales.


Los atacantes arribaron a la costa en una barca neumática Gemini, según los investigadores, después de abandonar un navío pesquero que habían secuestrado previamente y matar a sus tripulantes.


Las autoridades indias han encontrado un navío abandonado a cinco millas náuticas de Bombay que podría haber sido utilizado por los terroristas para lanzar su violento ataque del miércoles, informaron distintos medios indios.


El barco supuestamente usado -bautizado como "Kuber" estaba ocupado únicamente por el cadáver de uno de los tripulantes, que apareció decapitado y con las manos atadas a la espalda.


De acuerdo con los investigadores, al menos ocho terroristas abandonaron ese barco -tras deshacerse de cuatro tripulantes- y llegaron a Bombay a bordo de una lancha motora Gemini, cuyo motor tenía borrado el número de serie.


Según la agencia india PTI, los investigadores están corroborando la información con la confesión de un agresor detenido por las fuerzas de seguridad, Ajman Amin Kamal, que ha revelado supuestamente su pertenencia a la organización terrorista Lashkar-e-Toiba.


Pakistán ha desmentido cualquier vinculación con los atentados, ante lo que ha interpretado como insinuaciones en este sentido por parte de la India.


El ministro paquistaní de Asuntos Exteriores, Shah Mehmud Qureshi, que se encontraba en Nueva Delhi en una visita de trabajo, volvió hoy a Islamabad para participar en una "importante reunión del Gabinete" dedicada a los atentados de Bombay.


El gobierno paquistaní ofreció enviar a Bombay al jefe de sus servicios secretos (ISI), Ahmed S. Pasha, para ayudar en las investigaciones de los atentados pero el ISI se negó hoy a que su jefe fuera a la India.


El presunto terrorista capturado, Kamal, ha confesado que se embarcó en el puerto de Karachi (Pakistán) en un barco mercante y que lo abandonaron a diez millas náuticas de Bombay, además de usar también un barco pesquero, según PTI.


Otros medios indios han revelado que el Kuber, desaparecido desde el pasado 18 de noviembre, salió del puerto de Porbandar, en el oeste de la India.


La investigación había comenzado antes del fin del último asalto al hotel Taj, que finalizó tras casi sesenta horas de espera con la presencia de numerosos medios de comunicación, curiosos, y familiares de personas sin localizar.


A las cercanías del hotel se ha desplazado el presidente del grupo Tata, Ratan Tata, que ha seguido las operaciones y se dispone ahora a afrontar los costes de reparación, unos 100 millones de dólares según los expertos.


Mientras, las fuerzas de seguridad se han dedicado a recorrer todas las habitaciones del hotel, para comprobar que no quedan terroristas, y han causado varias explosiones controladas con vistas a eliminar las armas y explosivos de los terroristas.


Estos -"altamente entrenados", según distintas fuentes antiterroristas- intentaron crear confusión hasta el final y prendieron fuego a dos tiendas de la planta baja, aunque los comandos acabaron finalmente con sus vidas.


Los agresores también se habían atrincherado en el hotel Oberoi y el centro de rezo judío Nariman House, si bien los comandos lograron controlar ambos edificios ayer.