REVUELTAS

Kirguistán pide ayuda militar a Rusia

El Ministerio del Interior dice que sus unidades se han hecho con el control de la situación y desplazado a los jóvenes agresivos.

Kirguistán pide ayuda militar a Rusia
Kirguistán pide ayuda militar a Rusia

La presidenta interina de Kirguistán, Rosa Otunbayeva, pidió ayuda militar a Rusia para afrontar la creciente violencia en el sur de la república centroasiática, donde la cifra de muertos por los disturbios de los últimos días subió a al menos 65, informó la agencia local Akipress.


  "Necesitamos apoyo militar para controlar la situación que se ha agravado en el sur", dijo la mandataria en Bishkek.


La situación en la ciudad de Osh, de unos 500.000 habitantes, y sus alrededores se considera extremamente inestable. Ya se habla de unos 900 heridos en los enfrentamientos callejeros. Al menos un soldado murió hoy tras recibir disparos de los insurgentes.


Además, hay informaciones no oficiales de que la cifra de muertos podría ser considerablemente mayor que la reconocida por las autoridades. "La comunidad uzbeka habla de 520 cadáveres", comentó en conversación con dpa la observadora de la organización Human Rights Watch (HRW) Andrea Berg, que se encuentra en Osh.


El gobierno interino decretó el estado de excepción en la ciudad de Yalal-Abad y los alreddores para que no aumente la inestabilidad.


En algunas áreas del sur todavía se oyen disparos, mientras que numerosos edificios y vehículos fueron incendiados, según informaciones llegadas a Moscú. "Reina la anarquía", dijo un médico.


En los hospitales de Osh hay una fuerte carencia de material de vendado para las heridas y de reservas de sangre. Además, el suministro de gas se interrumpió para evitar explosiones. En Osh y alrededores se producen continuos saqueos y varias viviendas fueron incendiadas.


La observadora Berg habló de una catástrofe humanitaria y llamó al envío de ayuda internacional, alegando que la población no confía en las autoridades locales. Barrios uzbekos enteros fueron incendiados en Osh y "muchos hablan de guerra", contó Berg.


Otunbayeva llamó a policías y soldados retirados a unirse a las tropas regulares. "Cada mano" puede ser necesaria, subrayó.


   La mandataria dijo que había hablado por teléfono con el primer ministro ruso, Vladimir Putin, y se dirigió por escrito al presidente Dmitri Medvedev. Añadió que había pedido fuerzas de interposición de paz, que podrían venir de varios países. La "dinámica de los acontecimientos" en la región no permiten otra solución, añadió.


   De momento, Rusia todavía no ha dado una respuesta oficial. Rusia y Kirguistán no comparten frontera común. Rusia tiene desplegados en Kant, en el norte del país, cientos de paracaidistas militares en una base militar. "La unidad tiene una misión clara y no recurrirá a otras operaciones", dijo un portavoz militar en Moscú.


Otunbayeva indicó que la situación en la capital provincial de Osh y sus alrededores sigue siendo inestable, un día después de los enfrentamientos en las calles entre los residentes y las fuerzas militares. Indicó que se han enviado efectivos para que intenten restablecer el orden. 


   Otunbayeva acusó a los seguidores del despuesto presidente Kurmanbek Bakiyev de estar detrás de los disturbios, ya que -dijo- quieren impedir "con cualquier medio posible" el referéndum previsto para el 27 de junio sobre una nueva Constitución. El referéndum fue convocado para levantar estructuras democráticas en el país.


El sur es el feudo del ex presidente Bakiyev, cuyos seguidores participaron en las batallas callejeras, así como los miembros de la minoría uzbeka. Otros protestaron contra los elevados precios de los alimentos.


Un portavoz de la minoría uzbeka en Kirguistán apeló al gobierno de transición a abrir un corredor humanitario para los alrededor de 20.000 ancianos, así como mujeres y niños de la zona.


Numerosos refugiados intentan alcanzar mientras tanto la frontera con el vecino Uzbekistán, después de sufrir ataques por parte de "jóvenes kirguisos borrachos", explicó la observadora de HRW.