REVUELTAS

Las protestas en Yemen ponen fin al deseo del presidente de perpetuarse en el poder

Saleh iba a reformar la Constitución para facilitar su reelección y el acceso al poder de su hijo.

Las presiones de la oposición yemení y de miles de manifestantes lograron ayer poner fin a las aspiraciones de perpetuarse en el poder del presidente del país, Alí Abdalá Saleh, quien anunció que renuncia a prolongar su mandato.


En un discurso ante el Parlamento, el gobernante yemení aseguró que «congelará las reformas constitucionales (que le permitirían presentarse a la reelección) de acuerdo con lo que exige el interés público», en medio de las protestas de la oposición contra su régimen. «No a la extensión del mandato, no a la herencia», dijo Saleh, en alusión a las enmiendas a la Constitución que quería introducir para no limitar el número de mandatos presidenciales y para facilitar el acceso al poder de su hijo Ahmed.


La Constitución, que ha sido modificada en dos ocasiones desde la unificación del país en 1990, solo permite al presidente presentarse para dos legislaturas, pero el Parlamento había aprobado el 1 de enero cambios provisionales para derogar estas disposiciones.


Estas reformas las había propuesto el gobernante Partido del Congreso General Popular, que encabeza Saleh, quien con la congelación de las mismas ya no podrá postularse como candidato en las elecciones presidenciales previstas para el 2013. Esta posibilidad, que ayer quedó descartada, animó a decenas de miles de personas a exigir el pasado jueves al presidente que no reformara la Constitución para presentarse a una nueva reelección.


Los manifestantes, que se concentraron de manera pacífica en cuatro puntos distintos de Saná, gritaron eslóganes como 'No a la reelección, no a la sucesión' o 'No a la corrupción ni a la política del empobrecimiento'.


La oposición ha convocado también para hoy una jornada de protestas, bautizada como día de la ira, que se desarrollará en la plaza de Tahrir, en el centro de la capital. El presidente yemení advirtió a la oposición contra la organización de marchas violentas que causen «el caos y la destrucción».