RUMANÍA

La victoria de Basescu en la primera vuelta de las presidenciales no despeja el panorama político rumano

La Oficina Electoral Central (BEC) de Rumanía confirmó la victoria del jefe del Estado saliente, el conservador Traian Basescu, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Con el 32,52% de los votos, Basescu, que tiene el apoyo del PDL (centroderecha), fue el candidato más votado, seguido del presidenciable socialista del PSD, Mircea Geoana, que obtuvo el 30,77% de los sufragios, y del liberal del PNL, Crin Antonescu, con el 20,13%. Muy por detrás se colocaron presidenciables como el ex poeta oficial del régimen comunista de Nicolae Ceausescu y líder del ultraderechista Partido de la Gran Rumanía (PRM), Cornelius Vadim Tudor, que consiguió el 5,52% de los votos, y Kelemen Hunor (UDMR, minoría húngara), con el 4,03%.


Así las cosas, Basescu, que consiguió que la reforma parlamentaria que había propuesto fuera aceptada mayoritariamente por los electores, en una votación paralela a las presidenciales, se prepara para disputarle la segunda vuelta, el próximo 6 de diciembre, a su rival socialista. La primera victoria de Basescu no ha conseguido despejar el turbio panorama político de Rumanía, que se encuentra sin gobierno desde hace más de un mes y en una crítica situación económica.


Todo lo contrario, "los graves problemas del país, como la inestabilidad política, la recesión y la corrupción, siguen en pie, y no creo que se vayan a resolver después del 6 de diciembre", dijo a Colpisa el sociólogo Mircea Kivu. En la misma línea, el politólogo Cristian Parvulescu se mostró convencido de que "la crisis política no va a solucionarse, porque los dos principales rivales sólo están preocupados por alcanzar el poder". En este sentido, el duelo anunciado entre Basescu y Geoana será sin concesiones. Ambos aspirantes a la jefatura del Estado tendrán que batallar duro si quieren convencer a los electores que no votaron por ellos en la primera vuelta, principalmente a los que dieron su apoyo al liberal Crin Antonescu. Según diversos analist preparan para la gran cita electoral del 6 de diciembre, millones de rumanos siguieron con su vida diaria. Con un suelo medio que no supera los 350 euros al mes, una caída del PIB del 8% y la emigración como única válvula de escape para amplios sectores sociales, aunque la crisis ha frenado el proceso, los ciudadanos de a pie dudan de candidatos y promesas electorales. Vasile Ponta, un joven de 23 años, pintor de profesión, cree que "los políticos rumanos son mentirosos y corruptos". Sentado en una cafetería cercana a la imponente 'Gara de Nord' (Estación del Norte) de Bucarest, Vasile dice a este periodista que "mientras Rumanía no acabe con las mafias, la democracia será una farsa". Monica Ruse, 38 años, empleada de hogar, comparte la opinión de este joven. "Basescu y Geoana buscan el poder. Para nosotros, la vida sigue y es muy dura", enfatiza Monica.