Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Walesa: "Hemos perdido a nuestra elite"

Polonia se encuentra en estado de 'shock': tras la muerte del presidente, Lech Kaczynski, cientos de personas se congregaron espontáneamente ante el palacio presidencial en Varsovia para rezar. Las banderas ondearon a media asta en recuerdo de la tragedia, mientras los congregados encendían velas ante el edificio.


Incluso al ex presidente Lech Walesa, conocido por saber siempre dar una rápida respuesta a cada pregunta que se le hacía, le costaba encontrar las palabras adecuadas. En este accidente de avión murió "la elite de la nación", dijo el ex líder sindical y premio Nobel de la Paz.


Para Walesa, la pérdida es tan grande como la de hace 70 años en Katyn. La delegación polaca se dirigía a Rusia a conmemorar precisamente esa masacre, en la que murieron cerca de 22.000 intelectuales y oficiales polacos.


También al ex presidente Aleksander Kwasniewski le costaba dominarse. "Es un lugar maldito", dijo el predecesor de Lech Kaczynski. "En 1940 la elite de la Polonia de la preguerra fue asesinada y ahora muere allí la elite de la tercera república", destacó Kwasniewski. Es una "puñalada en medio del corazón", describía su estado de ánimo.


El hermano gemelo del fallecido presidente, el líder de la oposición Jaroslaw Kaczynski, aún no apareció en público.


La lista de pasajeros del avión siniestrado es una especie de "quién es quién" de la política polaca. Además del presidente, su mujer, Maria, y sus más estrechos colaboradores en la presidencia, perdieron la vida en Smolensk decenas de altos funcionarios polacos, entre ellos el vicepresidente del Parlamento, Jerzy Szmajdzinski; el viceministro de Exteriores, Andrzej Kremer, y el presidente del banco nacional, Slawomir Skrzypek, entre otros muchos parlamentarios.


Y el siniestro golpeó también con fuerza a la cúpula militar: entre los fallecidos se encuentran el jefe del Estado Mayor, Franciszek Gagor, y los capitales generales de varias secciones. También el obispo militar Tadeusz Ploski iba a bordo.


El jefe de gobierno, Donald Tusk, que perdió frente a su competidor Kaczynski en 2005 en las elecciones presidenciales, rompió a llorar cuando se enteró de la noticia. Tusk convocó mientras tanto una reunión de crisis del gabinete.


Para garantizar la continuidad de gobierno, el presidente del Parlamento, Bronislaw Komorowski, asumirá la jefatura de Estado, como dicta la Constitución. En el transcurso de 14 días deberá decidirse sobre la celebración de elecciones presidenciales adelantadas.


Originalmente estaba previsto la elección de un nuevo presidente en otoño. El candidato del partido en el gobierno Plataforma Cívica (PO), Komorowski, era precisamente considerado favorito para el puesto. Los analistas esperaban una dura campaña electoral entre él y Kaczynski.


Los conservadores liberales en torno a Tusk y los conservadores nacionales en torno a los gemeles Kaczynski compiten desde hace años por el poder. La muerte de Kaczynski anula ahora la posibilidad de una fuerte batalla por el cargo.


Incluso la figura más controvertida del PO, el vicepresidente del Parlamento, Stefan Niesiolowski, que había atacado una y otra vez al presidente, utilizó un tono conciliador. "La disputa no es importante ante esta tragedia", dijo el político. "Ahora debemos rezar".


También Walesa se entregó a la reflexión: "ahora vemos qué poco cuenta una vida humana".