REINO UNIDO

Cameron y Clegg, en el laberinto británico

Las negociaciones entre los conservadores y los liberaldemócratas para lograr una mayoría tras las elecciones en el Reino Unido continúan hoy ante la falta de acuerdo.

De izda. a dcha., Clegg, Cameron y Brown, en el 65 aniversario del fin de la II Guerra Mundial.
Cameron y Clegg, en el laberinto británico
DANIEL DEME/EFE

Los liberaldemócratas dedicaron ayer una jornada maratoniana a valorar la oferta del líder "tory", David Cameron, que permita formar cuanto antes un gobierno estable tras la crisis provocada por la falta de mayoría absoluta en el Parlamento tras las elecciones del jueves en el Reino Unido.

El líder liberaldemócrata, Nick Clegg, arrancó la jornada con una primera reunión con el equipo negociador del partido, tras la que se dirigió al acto de conmemoración del final en Europa de la Segunda Guerra Mundial, celebrado en el centro de Londres, al que también asistieron Cameron y el líder laborista y todavía primer ministro Gordon Brown.

A su llegada a la sede del partido, el líder liberal aseguró que su grupo encara la negociación con los "tories" con un "espíritu constructivo". No obstante, recordó que se "guiarán" por las "cuatro grandes prioridades" que han regido su programa: reforma del sistema impositivo, reforma educativa, nuevo enfoque en materia económica y reforma del sistema político, la más importante y "fundamental" para Clegg.

El dirigente mantuvo más tarde cuatro horas de sesión con todos los diputados liberaldemócratas. La presión aumenta para que se forme un Gobierno de mayoría que tome las riendas del país. Entre las muchas presiones que soportan los partidos destacan las de dirigentes empresariales y de la City -centro financiero de Londres-, que han instado a las tres principales formaciones a anteponer la necesidad de afrontar con urgencia la crisis económica a sus intereses "egoístas".

La posición en la que Reino Unido se encuentra actualmente es poco habitual, ya que el país tiene por primera vez en treinta y seis años lo que aquí se llama un Parlamento "colgado" (sin mayoría absoluta). Esta situación ha obligado a Cameron a llamar a las puertas de los liberales, al igual que hicieron también ayer los laboristas de Gordon Brown, que plantearon a Clegg otra propuesta, en caso de que éstos no llegaran a un acuerdo con los "tories".

El Partido Laborista ha presentado a los "LibDem" dos áreas en las que podría haber acuerdo -gestión económica de la crisis y reforma del sistema electoral para hacerlo más representativo.

El problema, sin embargo, es que así como liberaldemócratas y "tories" superan en el Parlamento la mayoría absoluta de 326 escaños, la suma de laboristas y el partido de Clegg no la alcanza, con lo que se necesitaría el apoyo de otras fuerzas políticas.

A ello se une las resistencias de Clegg a una eventual alianza con un partido laborista que mantenga al frente a un político que considera tan gastado como Gordon Brown.

Clegg ha decidido en cualquier caso lo que parecía más obvio y él mismo había defendido: dar al partido con mayoría de votos y de escaños la ocasión de ser el primero en intentar formar un gobierno. Pese a las obvias discrepancias entre ambas formaciones en materias clave, Cameron se ha declarado dispuesto a encontrar vías de entendimiento aunque sin ceder en asuntos clave del programa conservador.

El asunto más espinoso continúa siendo la exigencia liberaldemócrata de reforma del sistema electoral, a la que siempre se han opuesto los "tories", aunque Cameron ha prometido la creación de una comisión que analizaría esa posibilidad, algo que queda por ver si convencerá a Clegg y los suyos.

De momento, el Partido Conservador británico y el Liberaldemócrata han acordado reunirse oficialmente hoy a las 11.00 horas (una más en horario peninsular) para continuar evaluando posibilidades de colaboración.

Las partes ya ha descartado una solución defintiva antes de mañana lunes. Entre las quinielas para formar Gobierno ha trascendido la posibilidad de que los conservadores ofrezcan incorporar liberaldemócratas a una virtual Administración liderada por David Cameron, concretamente la Secretaría del Tesoro, en la práctica, un número dos del ministro de finanzas, y las carteras de Interior y de Transportes.