REUNIÓN EN LONDRES

La OTAN analiza su estrategia sobre Rusia y Afganistán

La estrategia de la OTAN hacia Rusia tras la guerra de Georgia, y la evolución de los acontecimientos en Afganistán, constituyen el núcleo de las deliberaciones acometidas por los ministros de Defensa de los 26 países de la OTAN, durante una reunión informal convocada en Londres.


Inicialmente, el encuentro estaba concebido para avanzar en el diseño de la nueva estrategia aliada, pero los acontecimientos vividos las últimas semanas han llevado a los ministros a concentrar sus esfuerzos en materias mucho más urgentes que requieren respuestas inmediatas.


El portavoz de la OTAN, James Appathurai, manifestaba antes de la reunión que la OTAN "necesita asimilar las nuevas condiciones creadas por el conflicto entre Rusia y Georgia".


Es evidente que en el seno de la Alianza Atlántica hay opiniones diferentes sobre la graduación de la respuesta que la OTAN debería dar a Rusia por su intervención en Georgia. Los nuevos socios del Este y los países bálticos están en una posición mucho más exigente ante Moscú que los demás aliados europeos y que Estados Unidos, cuyo secretario de Defensa, Robert Gates, aterrizaba en Londres reclamando contención.


Tanto la Alianza Atlántica como la Unión Europea tienen plenamente asumido que los tiempos de Yeltsin han quedado muy atrás y que la nueva Rusia de Putin y Medvedev, aunque extremadamente frágil en sus estructuras y capacidades, no puede ser dejada de lado.


La firme oposición de Rusia a nuevas ampliaciones de la OTAN por territorio de su tradicional influencia, como Ucrania o la propia Georgia, constituye, obviamente, una de las interrogantes a las que los 26 socios aliados deberán dar respuesta en el futuro próximo.


Afganistán, la preocupación


El segundo elemento central de la agenda, Afganistán, es motivo de fuerte preocupación entre los aliados. Las acciones de la insurgencia talibán y la extensión del área de acciones de las tropas americanas a Pakistán, en la problemática zona fronteriza de Warizistán, bajo control de estructuras tribales, ha despertado la preocupación entre los aliados europeos, que observan con inquietud el aumento de bajas civiles.


Coincidiendo con la reunión de la OTAN, y para hacerse presente y mostrar su poder, Moscú advertía a la organización de que las facilidades que ofrece para el sobrevuelo de su territorio por aviones aliados que operan en Afganistán podrían ser revisadas, si la Alianza no cesa en sus "políticas hostiles" hacia sus intereses.