CHILE

La hora de la verdad para los 33 mineros

Estaba previsto que esta pasada madrugada fuera rescatado el primero de los trabajadores atrapados en el pozo San JoséEstiman que la operación de rescate se prolongue aproximadamente 48 horas.

Improvisado altar con imágenes religiosas en la mina, ayer.
La hora de la verdad para los 33 mineros
R. A./AFP

Los 33 mineros atrapados en el yacimiento San José, en el norte de Chile, empiezan a salir a superficie, según el plan de rescate de las autoridades, cuya última fase estaba prevista que se pusiera en marcha anoche y durará aproximadamente 48 horas. "Esperamos concluir este martes con al menos uno de los mineros en la superficie. Es el objetivo que nos hemos planteado y estamos trabajando para ello", declaró ayer por la tarde el ministro de Minería, Laurence Golborne, en su última rueda de prensa en el campamento Esperanza.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, también se trasladó hasta el yacimiento, para no quedar al margen de un desenlace que es seguido en todo el mundo.

Más de 1.600 periodistas están acreditados en el campamento. Cuatro fueron asistidos ayer en el hospital de campaña por cuadros de presión alta y otras dolencias. El nerviosismo de las autoridades, de los operadores del rescate, de las familias y hasta de los trabajadores de la prensa, no alcanzaba a los operarios del socavón que trabajaban contrarreloj para tener lista una rampa de aterrizaje para la cápsula que los llevará de vuelta a la superficie en cuestión de minutos.

"Estamos tranquilos pero ansiosos", mandaron decir desde abajo los mineros.

El psicólogo, Alberto Iturra, confía en ellos. "Los mineros están preparados mentalmente, incluso para que falle el rescate", anticipó. Pero añadió que si logran salir con éxito, tal como está planificado hasta el detalle, "será un nuevo renacimiento para ellos".

Todos saben que esta larga experiencia, que tuvo muchos momentos dramáticos, fue puro aprendizaje, y este reto último, el viaje a la superficie, es el que generó la mayor expectativa.

Descenso de cuatro socorristas

El operativo completo de salida de los 33 costará al menos dos días y, al cierre de esta edición, iba a comenzar con el descenso de cuatro socorristas.

La cabina, que tiene incorporado un sistema de audio y vídeo, los irá subiendo de a uno. Estaba previsto que el primer ascenso fuera el más lento para recoger información del estado de la roca en cada tramo.

Ante la aparición de cada minero se enciende una baliza durante un minuto en el campamento y suena una sirena. Son las señales para alertar a los médicos que deben estar listos para asistir al rescatado que está próximo a salir.

Los mineros estarán en el hospital de campaña unas dos horas, donde serán revisados y podrán recibir a dos o tres familiares. De allí irán en grupos de cuatro en helicóptero hasta el hospital de Copiapó.

Desde el subsuelo, los trabajadores cuestionaron este sistema. Ellos querían esperar junto a la boca de la mina hasta que salga el último. Pero ya advirtió Golborne que por razones médicas y técnicas no podrán tenerlos a todos esperando porque eso retrasaría luego el traslado. En cambio no descartó el ministro que algún minero pida hablar con la prensa. Explicó que si ellos quieren y si los médicos lo permiten, el contacto será posible en los momentos posteriores a su rescate.

Múltiples pruebas

Para la salida se usa solo una de las tres cabinas diseñadas para este operativo. Previamente, se hicieron múltiples pruebas simulando el peso de los hombres y fue la que mejor funcionó. La casilla, que tiene un arnés para sujetar al minero, sube a una velocidad de un metro por segundo y debe recorrer unos 630 metros para depositar al minero arriba y volver a bajar en busca del siguiente.

Una vez dados de alta, los trabajadores rescatados deberán seguir un tratamiento de atención médica y psicológica durante al menos seis meses, adelantó el ministro de Salud, Jaime Mañalich.

Los expertos sostienen que ante un trauma como el que sufrieron los mineros podrían aparecer dificultades para conciliar el sueño, alteraciones de conducta, estados depresivos, y dificultades de adaptación a la vida en familia, entre otras múltiples secuelas que podrían manifestarse pasado un tiempo.

Las familias lo saben, pero algunas prefieren pensar en las fiestas multitudinarias, homenajes, paseos y viajes que les esperan.

El accidente que los dejó sepultados ocurrió el 5 de agosto, hace casi 70 días, pero durante los primeros 17 permanecieron bajo tierra sin contacto con el exterior ni vías de escape y con una cantidad mínima de alimentos y agua que debieron racionar para sobrevivir. Desde entonces el gran desafío fue mantenerlos vivos y en forma en su refugio hasta realizar una perforación para traerlos de vuelta a la superficie.

El conducto, de un diámetro que no llega a los 70 centímetros, llegó a la galería hace apenas tres días. Se cubrió de metal el primer tramo, de casi 100 metros, y se probó la cápsula diseñada en Chile para esta ocasión.