El líder norcoreano, Kim Jong-il, se recupera de un derrame pero sufre convulsiones que le impidieron presenciar las celebraciones del 60 aniversario del régimen comunista el pasado martes, según informó el diario surcoreano Chosun Ilbo.

Fuentes diplomáticas en Pekín informaron a este diario de que un funcionario chino que se reunió con Kim hace pocos días relató a las autoridades de su país que el líder norcoreano sufre convulsiones causadas por el derrame.

Al parecer este incidente no le ha causado problemas de discurso o en el uso de su cerebro.

Las autoridades chinas creen que las fuerzas de Kim declinarán drásticamente y que su condición le impedirá gobernar en el largo plazo.

Sin embargo, la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Jiang Yu, afirmó que Corea del Norte no ha mencionado a China "ningún problema de salud de Kim" y que ambos países mantienen "relaciones normales".

Según el diario surcoreano "JoongAng Ilbo", Kim fue operado de un derrame cerebral a mediados de agosto y se encuentra estable.

El rotativo citó a un alto funcionario de Seúl, según el cual Kim tuvo una recaída alrededor del 15 de agosto y varios médicos procedentes de otros países fueron llamados al país comunista para atenderlo.

El funcionario cree que el estado de salud de Kim mejora, aunque es difícil de determinar su estado por tratarse de una operación cerebral, y dijo que médicos chinos permanecen en Corea del Norte para tratarlo.