PENA CAPITAL

Japón muestra sus 'cámaras de la muerte'

Por primera vez, los medios de comunicación nipones han podido conocer las salas de ejecución, de las que solo se tenían noticias por unos dibujos.

Sala de ahorcamiento del centro de detención de Tokio.
Japón muestra sus 'cámaras de la muerte'
HANDOUT/EFE

El Gobierno de Japón mostró ayer por primera vez una 'cámara de la Muerte' donde efectúa ejecuciones en la horca. La pena de muerte se aplica siempre en Japón en la horca con ayuda de verdugos y sin aviso previo al condenado, y hasta ayer nunca había podido contemplarse el lugar donde los presos son ejecutados, lo que había generado muchas críticas sobre su supuesta crueldad.


La ministra de Justicia, Keiko Chiba, decidió abrir la cámara de ejecución del Centro de Detención de Tokio, compuesta por cinco habitaciones, aunque solo a los medios japoneses, y no mostró la cuerda con que se ahorca a los condenados ni el sótano donde caen sus cuerpos.


Según las imágenes emitidas por la cadena de televisión pública NHK, la sala de ejecución tiene una trampilla en el suelo marcada con un cuadrado rojo donde se coloca el preso y, en el techo, una polea de la que debe colgar la cuerda.


La trampilla se abre cuando, desde otra habitación contigua conocida como sala de los botones, tres verdugos aprietan a la vez sendos botones, de los cuales solo uno acciona el procedimiento. De esa forma, ninguno de los verdugos sabe quién ha sido el responsable de abrir la trampilla y causar la muerte del prisionero.


A los medios se les mostraron otras tres salas, en las que los condenados pueden hablar con religiosos y dejar un testamento, son informados oficialmente de su ejecución por el jefe de la prisión y una habitación desde donde ese responsable y los fiscales observan la ejecución.


Las imágenes dejaron ver salas muy limpias, casi asépticas, en las que, según los periodistas japoneses, olía a incienso, utilizado en los funerales budistas.


Hasta ahora el único testimonio que había de esas 'cámaras de la muerte' eran dibujos y se desconocía quién asistía a las ejecuciones, pues verdugos y guardianes tienen prohibido hacer cualquier comentario al respecto.


En el Centro de Detención de Tokio han sido ejecutados desde diciembre de 2006 16 condenados. Un total de 107 presos siguen en el 'corredor de la muerte en Japón y no sabrán que van a ser ejecutados hasta poco antes que se lleve a cabo la máxima pena.