J. J. Martín-Sacristán: "Los que migran deben hacerlo porque quieren, no por necesidad"

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¿Qué se entiende por movimientos migratorios internos?

Popularmente se entiende la migración como el movimiento de personas de un país a otro para asentarse en él de modo más o menos permanente. La distinción en los movimientos migratorios entre intra e interestatal presupone cierta homogeneidad e identidad nacional, que no se produce en la mayoría de los estados africanos. Ello supone que cuando alguien deja su territorio étnico para ir a otro lugar, aun dentro de su país, se siente en tierra extraña y no cree pertenecer a la población local. Así, los movimientos migratorios internos son los que se hacen dentro de un país que no es homogéneo.

¿Cuáles son los más importantes?

Los que incluyen situaciones dramáticas en sí mismos, como la muerte o el abandono de seres queridos, y los que se producen sabiendo que no hay posibilidad de retorno, como pasa en las regiones que se desertifican y la población debe migrar para sobrevivir.

¿Cuáles son las mayores víctimas entre las víctimas?

Como siempre son los niños y los ancianos, porque son los más vulnerables de la sociedad y los que más sufren con los cambios.

¿Quiénes tienen mayor responsabilidad de que se produzcan estos movimientos?

Todos nosotros en cuanto imponemos nuestro modelo de desarrollo en África, fundamentado en una economía de mercado y en el mayor crecimiento económico, medido por ganancias, poder de consumo y de bienestar del individuo. Todo ello desintegra la cohesión social tradicional africana y va en contra de sus valores comunales.

¿Qué influencia ha tenido en las migraciones la globalización?

La globalización ha aumentado las diferencias entre la ciudad y la zona rural. Los jóvenes especialmente buscan su futuro en las ciudades, donde se encuentran las mejores oportunidades laborales. La liberalización y la apertura de los mercados han hecho de la agricultura un negocio poco competitivo, arriesgado sin protección estatal y poco atractivo. En el proceso de comercialización de los productos agrícolas los beneficios son mayores y los riesgos menores que en su producción.

¿En qué países subsaharianos se producen mayores movimientos migratorios?

En los países donde reina la violencia o tienen más dificultades para desarrollarse, como por ejemplo Somalia, Etiopía, Sudán, Zimbabue, Nigeria, Senegal, Mali, Guinea Ecuatorial, Burkina Faso, Guinea..., y en los que tienen un potencial económico muy poderoso, pero la situación sociopolítica no es lo suficientemente segura, como Nigeria, Sudáfrica y Kenia.

¿Por qué emigran los subsaharianos?

Los factores que impulsan la migración son múltiples, entre ellos las diferencias económicas regionales; la transformación de la agricultura; el desarrollo del sector minero; las medidas fiscales, en particular la creación de los impuestos personales que deben pagarse en efectivo; la persistencia e intensificación de la pobreza generalizada, por el deterioro de la situación económica, y los efectos de las medidas de ajuste; los conflictos armados; la degradación ambiental, especialmente en las regiones del Sahel, la desertificación y las hambrunas cíclicas.

¿La migración es un mal en sí misma?

La migración no debe de ser evitada como si fuera un mal en sí misma, es un derecho fundamental. Todos tenemos derecho a migrar, pero no debemos vernos forzados a hacerlo. También hay que ver que la migración enriquece al país de origen y al de destino y contribuye a la reducción de la pobreza

¿Qué medidas deberían adoptarse para evitar los movimientos migratorios externos?

Habría que realizar una mejor gestión de desarrollo sostenible, premiando la creación de riqueza material (por ejemplo productos agrícolas) y mejorando la calidad de vida en las zonas rurales. Hay que crear las condiciones adecuadas en todos los lugares para que todos sus ciudadanos puedan desarrollarse libremente como seres humanos. Los que migran deben hacerlo porque quieren, no porque lo necesitan. Por otro lado, habría que regular la migración para que sea segura y habría que crear una carta universal de derechos de los emigrantes, con un apartado especial para proteger a quienes se ven forzados a salir de su país por la situación política, económica, social, religiosa o medioambiental.