La aviación leal al coronel Muamar al Gadafi ha vuelto a bombardear la ciudad de Ajdabiya, el principal nudo de comunicaciones al este del país, aunque no parece que sus tropas terrestres hayan consolidado el terreno ganado este domingo en el puerto de Briga, a unos 60 kilómetros el oeste.

Los aviones han castigado las posiciones rebeldes, principalmente puntos de concentración de milicianos, y las apresuradas defensas que este domingo comenzaron a improvisar para asegurar el cierre del acceso a Bengasi, la capital rebelde y distante unos 150 kilómetros al oeste.

Los rebeldes, que mantienen la confianza en lograr el derrocamiento del coronel Muamar al Gadafi, han asegurado a través de su portavoz Mustafa Geriani, que habían retomado posiciones en Briga, donde han muerto 25 brigadistas y 40 han sido hechos prisioneros. Geriani ha asegurado que los combatientes gadafistas capturados han relatado historias de penurias extremas y las pésimas condiciones de aprovisionamientos.

El portavoz de los rebeldes ha afirmado que muchos de ellos se han visto obligados a combatir a punta de fusil y ha cuestionado la entereza y determinación de los hombres movilizados para atacar a los milicianos, aunque ha admitido su mayor poder ofensivo.

Geriani ha señalado que la situación en el frente de Briga está por el momento en tablas, aunque ha precisado que los rebeldes han variado sus tácticas de combate para atacar de noche y eludir el riesgo de la superioridad aérea y artillera de los gadafistas. Igualmente ha cuestionado la disponibilidad de buques de guerra por el bando gadafista y ha añadido que si contaran con barcos de guerra no habrían recurrido a barcos de carga con artillería montada para doblegar a los rebeldes en la línea de costa.

El portavoz de los rebeldes ha reiterado el llamamiento a la aprobación de la zona de exclusión aérea, aunque ha matizado que debe ir acompañada de bombardeos selectivos sobre los principales centros militares de Gadafi y sus nudos de comunicaciones.

Sin afianzar y proteger el terreno conquistado, los rebeldes han asimilado que no era un modo de enfrentarse a las brigadas gadafistas y ahora buscan el enfrentamiento aprovechando las debilidades enemigas y reduciendo la exposición de los milicianos al poder de fuego de la artillería gadafista, ha añadido el portavoz.

Los brotes esporádicos de enfrentamientos en núcleos urbanos del oeste del país, como el de este lunes en Al Zauara o en el barrio de Trípoli de Tayura, la última población importante antes de la frontera con Túnez, han permitido a los rebeldes mantener la tensión en la retaguardia y fijar las escasas tropas con las que creen que cuenta Gadafi.

Temor a nuevos ataques en Misrata

Los vecinos de Misrata, ciudad aislada entre Trípoli y Sirte, temen que este lunes por la noche comiencen de nuevo los combates entre los militares leales a Gadafi y los desafectos al régimen que se han negado a atacar a la población, ha dicho por teléfono un residente en esta población costera, en manos rebeldes.

Aunque la ciudad ha permanecido del lado de los revolucionarios tras lograr hacer escapar a los representantes del Gobierno de Gadafi al comienzo de las revueltas populares, los esporádicos intentos de retomarla por las tropas gadafistas no han cosechado avances y la situación es aún confusa. «Nadie entiende lo que está pasando ahí fuera (en los acuartelamientos militares de la ciudad)», ha dicho este vecino, cuya identidad ha preferido mantener en reserva.

Los sucesivos enfrentamientos entre los propios militares, sostenidos a lo largo de los últimos días, han sembrado la confusión, aunque denotan la falta de control sobre los remanentes de las Fuerzas Armadas por el régimen libio, que hasta el momento ha exhibido sólo su superioridad en armamento en el frente costero, pero de cuyas tropas, voluntad de combate y poderío se sabe poco.

Esa mezcla de brigadistas de unidades leales a los hijos de Gadafi y mercenarios de los países vecinos del sur: Chad, Niger y Sudán, y la falta de voluntad de algunos mandos de combatir a los rebeldes y las deserciones de varios oficiales mantienen la confianza entre los vecinos de Misrata de que aún pueda triunfar la rebelión.

«Muchos (soldados) han sido forzados a salir, pero disparaban al aire» ha manifestado este vecino, para tratar de explicar los acontecimientos y ha reiterado que «están muy desorganizados».

«El comité ciudadano (el órgano que en cada ciudad rebelde ha asumido transitoriamente las responsabilidades organizativas) mantiene todo en secreto», ha dicho la fuente, que no ha podido precisar más en torno a la situación en Misrata.