SAHARA OCCIDENTAL

"España está desligada del Sahara desde 1976"

La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, defendió ayer la postura del Gobierno frente al violento desmantelamiento del campamento del El Aaiún con el argumento de que España "no tiene responsabilidad sobre el Sahara Occidental". La jefa de la diplomacia española alegó, durante un intenso debate en el Senado, que no cabe exigir al Ejecutivo una implicación mayor de la que ha tenido hasta ahora porque no es parte en el conflicto entre las autoridades marroquíes y el Frente Polisario y así lo reconoce, dijo, la propia Organización de Naciones Unidas. No tenía fácil la ministra su primera intervención ante la cámara alta porque, además de tener que enfrentarse a una cuestión muy sensible para su electorado, los senadores del PP, el PNV, ICV y Na Bai tampoco le dieron tregua.


Quizá por eso acabó llevando la cuestión al farragoso asunto jurídico y terminó por dejar que saliera a colación el Acuerdo de Madrid suscrito por el Gobierno franquista de Carlos Arias Navarro en 1975 por el que España traspasó a Marruecos y Mauritania las "responsabilidades y poderes" sobre su antigua colonia. Jiménez se aferró al llamado 'informe Corell' para sostener que desde febrero de 1976 se considera a España "desligada de toda responsabilidad internacional" sobre el Sahara y que además se entiende que es Marruecos quien ejerce la administración "de facto". El informe relata cómo, a través de su embajador Jaime de Piniés, España trasladó por aquellas fechas a la ONU que daba por terminada su presencia en el territorio y que se consideraba "exenta" de cualquier responsabilidad de carácter internacional.


Pero también sostiene que el Acuerdo de Madrid "no transfirió la soberanía sobre el territorio" ni tampoco confirió a ninguno de los firmantes el estatus de potencia administradora porque eso era algo que "España no podía transferir unilateralmente". De hecho, Marruecos no está en la lista de potencias administradoras del organismo internacional, le espetó el senador del PP Alejandro Muñoz-Alonso.


El debate tuvo momentos de alta tensión, sobre todo cuando el senador del PP Juan Van Halen, a gritos, dijo de la ministra que "le quedaba grande la chupa" y ahora "le queda grande el poncho (boliviano), el kaftán (marroquí) y también el Ministerio".