El obispo católico que llegó a presidente de Paraguay reconoce que es padre

El presidente de Paraguay, el ex obispo Fernando Lugo, reconoció que es padre de un niño de casi dos años, tras meditar durante la Semana Santa su respuesta a una demanda de filiación presentada el pasado miércoles.


El llamado 'obispo de los pobres' de Paraguay por su misión pastoral durante más de una década al frente de la diócesis de San Pedro, juró como presidente el 15 de agosto de 2008 calzado con sandalias y la promesa de un gobierno con justicia social.


Pero en vísperas del primer aniversario de su victoria electoral en las elecciones presidenciales del 20 de abril de 2008, Lugo, de 58 años, reconoció haber tenido una relación con Viviana Carrillo, de 26, y asumió, dijo, "todas las responsabilidades que pudieran derivar de tal hecho, reconociendo la paternidad del niño".


Fernando Armindo Lugo Méndez, tras cuatro días de reuniones con sus asesores más próximos, confirmó que es el padre de Guillermo Armindo, que en mayo próximo cumplirá 2 años, y que por lo tanto tuvo una relación amorosa antes de renunciar públicamente al estado clerical en diciembre de 2006.


Aunque el Vaticano primero lo suspendió 'a divinis' por dedicarse a la política, dos semanas antes de asumir la Presidencia, el 15 de agosto pasado, le concedió su reducción, es decir, el regreso, al estado laical, una condición que el presidente paraguayo recordó en su pronunciamiento al país.


Durante estos días diversos asesores del presidente intentaron desestimar la demanda de filiación contra Lugo como una campaña de supuestos "enemigos políticos" que se oponen al "cambio" en Paraguay y recordaron que durante la campaña electoral dirigentes del Partido Colorado acusaron al ex obispo de tener varios hijos, sin presentar pruebas.


La demora en la respuesta del mandatario permitió que las especulaciones sobre su presunta y ahora confirmada paternidad acapararan los medios paraguayos durante los últimos días.


En este sentido, la complicada semana para el ex obispo comenzó el martes, cuando presentó su renuncia el jefe del Gabinete, Miguel López Perito, uno se sus más cercanos colaboradores y que fue el jefe de su campaña electoral.


El jefe del Estado no aceptó la salida de su colaborador, quien retomó el puesto, aunque en principio parecía que Lugo se había decantado por el ministro de Agricultura, Cándido Vera Bejarano, en el contencioso que mantenía con el jefe de Gabinete.


López Perito había anunciado hace dos semanas que Lugo firmaría un decreto de ayuda de unos ocho millones de dólares a campesinos afectados por la sequía, fondo que manejarían organizaciones no gubernamentales, pero finalmente los distribuirá el Ministerio de Agricultura, como pretendía Vera Bejarano.


Ya antes de asumir al poder Lugo había sorprendió por el tiempo que se tomaba para reflexionar antes de asumir una decisión, como en el caso de la designación del canciller Alejandro Hamed, de origen sirio, el último en ser confirmado en el Gabinete, en medio de críticas de la oposición y la prensa local por su presunta vinculación con grupos radicales árabes.