El niño sicario Edgar Jiménez Lugo, que confesó haber degollado a cuatro personas, sólo podrá ser condenado a tres años de prisión, según las leyes mexicanas, dijeron hoy abogados que reclaman un cambio en la ley respectiva.

Jiménez Lugo, alias 'El Ponchis', de 14 años, fue detenido por el ejército el pasado jueves por la noche cuando intentaba salir de México vía área haciendo uso de su nacionalidad estadounidense, y admitió actuar como sicario para el Cártel Pacífico Sur (CPS), según la información oficial.

Un juez decidió que el adolescente sea mantenido en prisión preventiva por lo menos los próximos 30 días, mientras las autoridades amplían la investigación sobre sus actividades delictivas que se iniciaron cuando, según su confesión, tenía 11 años.

El menor tampoco podrá ser extraditado a Estados Unidos una vezque haya sido juzgado porque los delitos de los que está acusado fueron cometidos en México, según han informado las autoridades del sureño estado Morelos, donde se encuentra detenido.

Mientras tanto, la asociación de abogados penalistas de Morelos anunció que pedirá al los legisladores locales que reformen la Ley de Justicia para Adolescentes para que contemple un castigo mayor a los menores que cometan homicidios, ha informado su presidente Cipriano Sotelo Salgado.

La ley actual, que data de 2007, señala que de 12 a 14 años los menores no pueden ser privados de su libertad y tendrán que recibir asistencia para una reeducación con el apoyo de sus padres y una institución oficial. De los 14 a los 16 impone una pena máxima de tres años de prisión, aún cuando los delitos sean graves, y de los 16 a un día antes de cumplir 18 años, la pena es de cinco años de cárcel como máximo.

Mientras tanto, el juzgado donde se tramita el caso del niño informó al personal de la Embajada de Estados Unidos en México de la detención del joven sicario y le fue comunicado que personal de esa delegación llegará al lugar para entrevistarse con Jiménez Lugo.

El Niño Sicario confesó, según la información oficial: "He matado a cuatro personas, los degollaba. Sentía feo al hacerlo. Me obligaban. Que si no lo hacía que me iban a matar. Yo nada más los degollo, pero nunca fui a colgar a los puentes, nunca".