EEUU

EEUU cambia al jefe militar en Iraq en un momento clave

Petraeus cede el puesto después de 19 meses a Odierno, hasta ahora su número dos

El bastón del mando militar estadounidense cambió ayer de mano en Iraq. Pasó del general David Petraeus a Ray Odierno, hasta ahora número dos, y que asume el liderazgo de 146.000 soldados y los principales retos del futuro. Entre ellos, el propio Odierno aludió a la lucha contra las milicias, aparentemente más debilitadas, y la celebración de elecciones provinciales. El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, acudió a la ceremonia de traspaso y advirtió de la fragilidad de los progresos alcanzados, reversibles.


Odierno llevaba 15 meses como segundo de Petraeus y ayer le llegó su turno, en una ceremonia presidida por Gates y celebrada en uno de los antiguos palacios del presidente derrocado y ejecutado Sadam Hussein. El nuevo alto mando, de 54 años, y sobre quien pesan las sospechas de algunos grupos acerca de sus tácticas excesivamente violentas durante la invasión, asume el liderazgo en un momento clave en el país árabe.


El propio secretario de Defensa señaló que se trata de una etapa "crucial", puesto que se han de fijar los progresos logrados hasta la fecha y que, a su juicio, son aún "frágiles". El mismo adjetivo utilizó Odierno para referirse a las mejoras aparentes en la situación de seguridad en el país, según informaciones del diario "The New York Times", afirmando en sus primeras y breves declaraciones ante los periodistas que el trabajo "está lejos de haber terminado".


Odierno hizo suya la lectura oficial de la situación y reconoció que quedan por delante grandes retos. Entre ellos, citó el objetivo de evitar que los grupos milicianos vuelvan a reforzarse y la celebración de elecciones provinciales a finales de año, de las que las autoridades locales esperan lograr la estabilidad y la reconciliación nacional pero que previsiblemente dividirán más a kurdos, suníes y árabes. Para ello, Odierno contará con 146.000 militares, si bien su toma de posesión también estuvo marcada indirectamente por el reciente anuncio del presidente estadounidense, George W. Bush, de que 8.000 de esos soldados regresarán a su país el próximo mes de febrero.


"Un gran capitán"


Gates también tuvo palabras de agradecimiento para quien se va, Petraeus, a quien definió como uno de los más "grandes capitanes de batalla". Durante su intervención, el secretario de Defensa atribuyó al alto mando saliente gran parte de los méritos en el avance de la seguridad en el país árabe: "Diste un tremendo, si no mortal, golpe a los enemigos de Estados Unidos e Iraq", aseguró.


"Despacio, pero inexorablemente, la situación comenzó a invertirse", agregó, "nuestros enemigos recibieron una derrota temible que no olvidarán pronto".