GOLPE DE ESTADO

Dudas sobre el golpe militar en Madagascar

En medio de la votación el teniente coronel Charles Andrianasoavina anunció un golpe que posteriormente fue desmentido por el primer ministro Camille Vital.

Una mujer de Antananarivo vota en el referéndum celebrado hoy en Madagascar
Un directorio militar toma el poder en Madagascar
AFP

La votación del referéndum sobre una nueva Constitución que pretende mantener el régimen de facto que encabeza Andry Rajoelina en Madagascar se cerró a las 15.00 GMT, mientras se mantienen las dudas sobre el pronunciamiento de un grupo de militares que dijeron haber tomado el poder en el país.


En medio de la celebración del referéndum, convocado por el régimen de Rajoelina y boicoteado por la oposición, el teniente coronel Charles Andrianasoavina anunció hoy que un directorio militar había tomado el poder, según la edición digital del diario 'Les Nouvelles'.


Sin embargo, pocas horas después, el primer ministro, Camille Vital, dijo que el Gobierno de Rajoelina seguía en el poder e hizo un llamamiento a "la calma y la unidad" de las Fuerzas Armadas en una comparecencia ante la prensa local.


Vital aseguró que "Madagascar es un estado de derecho y tomaremos medidas contra los infractores de la ley", en referencia a los jefes castrenses sublevados, mientras la situación permanece confusa y no está claro si un directorio militar ha tomado el poder.


La oficina del primer ministro indicó que Vital se había reunido con los máximos mandos militares y que estos le habían dado su apoyo.


Previamente, Andrianasoavina, ligado al golpe de estado que llevó al poder a Rajoelina el 17 de marzo de 2009, señaló, que además de él, en el directorio militar estaban "el general Raoelina, el general Noel Rakotonandrasana y el coronel Coutity", junto con una veintena de mandos.


Los militares sublevados, reunidos en la base de Ivato, junto al aeropuerto de la capital malgache, habían distribuido previamente a la prensa local un comunicado en el que pedían "la liberación inmediata de todos los presos políticos y la vuelta de todos los exiliados, sin distinción".


La situación, según los medios locales, es de calma y no se ha producido ningún incidente destacable en Antananarivo.


En Ivato, las fuerzas del orden disolvieron, con disparos al aire y gases lacrimógenos, a grupos de manifestantes que protestaban contra el supuesto golpe militar y que habían levantado barricadas y quemado neumáticos para cortar algunas calles, sin que se produjeran heridos, según 'Les Nouvelles'.


Las fuerzas de seguridad retiraron las barricadas y prohibieron las concentraciones en Ivato, donde patrullas de la Policía recorren las calles.


Los malgaches estaban convocados hoy a las urnas en un referéndum para decidir si aceptan o no una nueva Constitución redactada por el régimen golpista que encabeza Rajoelina, ex alcalde de Antananarivo.


Anoche, según los medios locales, los principales líderes opositores malgaches, entre ellos el depuesto presidente Marc Ravalomanana y el ex presidente Albert Zafy, hicieron un llamamiento a los militares para que "asuman su responsabilidad", en un momento en que consideran que "la patria está en peligro".


También el ex presidente Didier Ratsiraka reiteró su llamamiento a no participar en el referéndum y consideró una violación de los Derechos Humanos la reciente detención de opositores que promovían la abstención.


La comunidad internacional ha permanecido al margen del referéndum, tras los esfuerzos llevados a cabo por la Unión Africana y la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC) para facilitar la formación de un Gobierno de unidad nacional, reiteradamente rechazados por Rajoelina.


Ese Gobierno de unidad debía haber llevado al país a unas elecciones limpias y democráticas dentro de la constitucionalidad del país, pero el actual régimen se negó a aceptar la participación de los principales opositores, que se encuentran exiliados, y tomó medidas contra ellos.


Rajoelina, que se alzó con el poder tras derrocar con apoyo militar a Ravalomanana, pretende que se apruebe una Constitución que le permite permanecer indefinidamente en el poder, hasta unas elecciones cuya fecha no está clara.