REINO UNIDO

Decepción" británica tras constatar que los vuelos secretos de la CIA tocaron también su territorio

Los dos aviones que pasaron por Diego García, la isla en el océano Índico que el Reino Unido tiene alquilada a una base militar estadounidense, transportaban cada uno un sospechoso de terrorismo, que no eran de nacionalidad británica ni residentes en el Reino Unido.

Cinco años después de que sucediese, Londres se ha enterado de que dos aviones de la CIA que trasladaban prisioneros tomados en la lucha contra Al Qaeda tras el 11-S aterrizaron para repostar en la isla de Diego García, territorio británico ubicado en el Océano Índico. El ministro de Exteriores de Reino Unido, David Miliband, atribuyó a "errores de registro" esta desinformación, aunque el primer ministro, Gordon Brown, no ocultó su "decepción" con Estados Unidos por estas novedades que suponen para su Gobierno dar marcha atrás y reconocer la existencia de unas escalas que anteriormente había negado supuestamente por falta de pruebas.


La isla de Diego García, ubicada en el ndico y de soberanía británica, está alquilada para una base militar estadounidense. En este lugar, dos vuelos de la Agencia de Inteligencia estadounidense aterrizaron en el año 2002 para repostar, con prisioneros sospechosos de terrorismo de camino a Guantánamo y Marruecos, respectivamente, según informaciones de los medios locales. Sin embargo, y debido a "errores de registro", el Ejecutivo de Londres no se enteró hasta ahora a través de la CIA, y así lo subrayó Miliband en la Cámara de los Comunes.


Pidió perdón ante los diputados y a los ciudadanos, debido a que el Gobierno había negado anteriormente en varias ocasiones la existencia de estos vuelos en base a las informaciones que le llegaban, y por las cuales la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, expresó su "profundo lamento", según Miliband. Asimismo, aclaró que en todo momento las autoridades de Washington actuaron de "buena fe".


De hecho, el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Sean McCormack, afirmó que, "inicialmente, se entregó una información inexacta" a Londres que había sido elaborada a finales del año pasado. "Lamentamos que hubiese un error al entregar inicialmente esa información inexacta a un buen amigo y aliado", añadió.


Por su parte, mediante un comunicado, el director de la CIA, Mike Hayden, dijo que ninguno de los dos prisioneros de los polémicos vuelos de 2002 "era parte de un programa de interrogatorio para terroristas relevantes" negando también que alguno de los prisioneros trasladados haya sido torturado. "La tortura va contra nuestras leyes y valores", agregó.

"Decepción"


Gordon Brown anunció la puesta en marcha de nuevas medidas para que no se repitan este tipo de "entregas extraordinarias". Lo hizo desde Bruselas, en rueda de prensa tras reunirse con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para compartir "la decepción que tiene todo el mundo sobre lo que ha pasado". En este sentido, explicó que Washington sólo ha informado a Londres ahora de "lo que pasó realmente".


"Estados Unidos ha lamentado que no conociéramos este tema", señaló el primer ministro. No obstante, a su juicio, "lo importante ahora es poner en marcha procedimientos para garantizar que no ocurra de nuevo", aludiendo a la apertura de una "investigación adicional" de la 'Foreign Secretary' y que estará en marcha "lo antes posible". Por su parte, Barroso expresó su satisfacción por estas pesquisas porque la Comisión siempre exige "transparencia" sobre los vuelos de la CIA.


En este sentido, el ministro de Exteriores de Reino Unido anticipó que las autoridades se encargarían ahora de recopilar una lista de vuelos que han pasado por territorio británico sospechosos, por los cuales se exigirá una "garantía específica" en cada caso a Washington. Ya en noviembre de 2005, el anterior jefe de la Diplomacia, Jack Straw, escribió a su homóloga norteamericana para pedir explicaciones acerca de 80 trayectos. Straw y el ex primer ministro, Tony Blair, repitieron a través de sendos comunicados en 2005, 2006 y 2007 que no existían evidencias de la existencia de esos traslados.