CONFLICTO EN COREA

China trata de evitar la caída del régimen de Kim Yong Il

El bombardeo norcoreano contra una isla surcoreana llevará seguramente a nuevos llamamientos occidentales para que Pekín utilice su influencia sobre Pyongyang para frenar su postura militar agresiva.

El bombardeo norcoreano contra una isla surcoreana llevará seguramente a nuevos llamamientos occidentales para que Pekín utilice su influencia sobre Pyongyang para frenar su postura militar agresiva.

No cabe duda de que China se opone al programa nuclear norcoreano, pero muchos analistas afirman que el Partido Comunista chino prioriza como objetivo evitar el colapso del régimen de Corea del Norte. La reacción china al ataque fue previsiblemente cauta. El portavoz del Ministerio de Exteriores en Pekín, Hong Lei, expresó su "preocupación" y urgió a que se reasumieran "tan pronto sea posible" las conversaciones a seis bandas, que incluyen a los dos Estados coreanos, Estados Unidos, China, Japón y Rusia.

Después de que Corea del Norte firmara en 2005 en el marco de estas negociaciones una declaración de intenciones para limitar su programa nuclear, no se avanzó en la implementación de este plan. Las conversaciones a seis bandas no registran progresos desde hace tres años. La semana pasada surgió una nueva preocupación en Occidente al contar un científico nuclear estadounidense que había visto en Corea del Norte una nueva planta de enriquecimiento de uranio.

El bombardeo de ayer hizo resurgir la complejidad de la situación, que exhibe a China como limitada en su capacidad de controlar a su aliado de la Guerra de Corea de 1950-53. "Corea del Norte depende económicamente de China, pero en cuestiones de seguridad actúa con frecuencia contra la voluntad de Pekín y emprende acciones como las pruebas nucleares y los ataques de artillería", dijo Shi Yinhong, especialista en relaciones internacionales de la Universidad del Pueblo de Pekín. "Esta es la dificultad de China y un fenómeno muy significativo de las relaciones chino-norcoreanas", agregó.

Algunos analistas occidentales señalan que podría ser relativamente sencillo para China utilizar su poder de presión económico, político e incluso militar para persuadir a Corea del Norte de la necesidad de clausurar su programa de armas nucleares.

Hundimiento de la 'Cheonan'

Sin embargo, fue fría la respuesta de Pekín a los llamamientos internacionales para que el Consejo de Seguridad impusiera nuevas sanciones contra Corea del Norte tras el hundimiento de la corbeta surcoreana 'Cheonan' en marzo, que costó la vida de 46 marinos.

También es improbable que adopte una postura más dura después del ataque de artillería de ayer, condenado por Estados Unidos "en los más duros términos" como una "acción agresiva".

China, que comparte con Corea del Norte una frontera de 1.400 kilómetros, tiene muchas razones para buscar que el régimen de Kim Yong Il permanezca en el poder. Por un lado se teme en Pekín la potencial oleada de refugiados norcoreanos que podría atravesar la frontera en caso de mayores hambrunas o inestabilidad política. Una preocupación mayor aún para China es, sin embargo, el efecto potencial de una caída del régimen norcoreano sobre el equilibrio estratégico en Asia oriental.

El Grupo Internacional de Crisis, un 'think tank' con sede en Bruselas, afirmó en un informe que China "continúa actuando de modo tal que protege" a Corea del Norte contra nuevas sanciones, incluyendo las económicas. "La prioridad política absoluta de Pekín en la península coreana es evitar cambios políticos o el colapso económico en Corea del Norte, debido a las consecuencias potenciales que podría tener ello sobre la estabilidad social y económica de China", señala el informe.

Andrei Lavrov, un experto ruso en temas norcoreanos, afirma que China busca mantener la división coreana "porque Corea del Norte es una zona tapón que contribuye a mantener alejadas en el sur a las fuerzas estadounidenses".