EEUU

Bush abordará el programa nuclear norcoreano en la Cumbre del G-8

El cambio climático y los altos precios del petróleo son los principales temas de esta cita internacional en Japón, en la que el presidente de EE. UU. mantendrá reuniones bilaterales

El presidente de EE. UU., George Bush, partió ayer hacia Japón para participar en la cumbre del G-8 y, al margen, aprovechar diversas reuniones bilaterales para abordar asuntos como el programa nuclear norcoreano.


Debido a la diferencia horaria, Bush llegará a la isla japonesa de Hokkaido a las 14.20 de hoy para una cumbre del Grupo de los Ocho que tendrá en el cambio climático y los altos precios del petróleo sus principales asuntos.


Apenas llegue, se reunirá con el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, con quien analizará los próximos pasos a dar después de que la semana pasada Pyongyang entregara a las autoridades chinas su esperada declaración sobre sus actividades e instalaciones nucleares. Japón, como EE. UU., las dos Coreas, Rusia y China, participa en las conversaciones a seis bandas para persuadir a Pyongyang de que renuncie a su programa de armamento atómico a cambio de incentivos económicos y diplomáticos.


La presentación del inventario norcoreano abre la posibilidad de que se reanuden esas conversaciones, estancadas hasta ahora a la espera de que Corea del Norte "moviera ficha".


Inmediatamente después de la iniciativa de Pyongyang, EEUU anunció el levantamiento de algunas sanciones comerciales contra ese régimen y la retirada, en el plazo de 45 días, de Corea del Norte de la lista de países patrocinadores del terrorismo.


Ello ha dado lugar a críticas, tanto en EE. UU. como en Japón, al considerar que se ha hecho una concesión demasiado grande a cambio de muy poco por parte de Pyongyang. Según explicó Bush en una entrevista con medios japoneses antes de partir, "Corea del Norte sigue siendo uno de los países más sancionados del mundo".


Si Kim Jong Il, el presidente norcoreano, opta por no seguir adelante o su declaración se demuestra incompleta -en particular en lo que respecta a su volumen de uranio-, "se confirmará la situación y seguirá como un país muy sancionado... y otros países en las conversaciones, no solo EE. UU. y Japón, se plantearán qué medidas tomar", declaró Bush.


Con Fukuda abordará también un asunto de especial preocupación para los japoneses, la cuestión de los ciudadanos secuestrados por Corea del Norte en los años 70. Tokio teme que EE. UU. vaya a dejar de lado el asunto del paradero de estos rehenes una vez que Pyongyang presente su declaración nuclear. Bush quiere dar garantías acerca de que no será así.


El programa nuclear norcoreano figurará también a buen seguro en la reunión bilateral que Bush celebrará mañana con el presidente ruso, Dmitri Medvedev. Será la primera vez en que se encuentren desde la llegada de Medvedev al poder, el pasado mayo.


Por otra parte, las fuertes medidas de seguridad desplegadas en todo Japón y una manifestación pacífica de varios miles de personas, con numerosos mensajes para los líderes del G-8, marcaron la jornada previa a la cumbre de Hokkaido. El despliegue de 20.000 oficiales de policía no consiguió mermar el ánimo de los alrededor de 5.000 manifestantes que recorrieron ayer sin incidentes las calles de Sapporo, capital de esa provincia nipona, según estimaciones de la agencia Kyodo.


Sus mensajes eran muchos y todos dirigidos a los líderes del G-8. "Había algunos que pedían por la paz, otros estaban en contra de los efectos de la globalización en la economía y la consideraban responsable de la pobreza de muchas personas", dijo Takashi Shimosawa, un activista del Foro de oenegés de la Cumbre del G-8. "Pero todos coincidían en que no se hace lo suficiente para evitar las consecuencias negativas de la globalización", dijo Shimosawa. La marcha se realizó de forma pacífica y sin heridos, aunque la Policía detuvo al menos a dos manifestantes.