SANIDAD

«Antes de echarle la culpa al fármaco habría que hacer análisis genéticos a los afectados»

José Ramón Valdizán, jefe del Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Miguel Servet, critica a la OMS por no dar datos.

«Diagnosticar un caso de narcolepsia a un niño es muy complicado, porque la patología no presenta en él los síntomas claros que sí muestran los adultos. Así que me parece raro que en Finlandia se hayan detectado tantos casos en menores».


Así de escéptico se muestra José Ramón Valdizán, jefe del Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, sobre los supuestos casos de narcolepsia asociados a la vacuna de la gripe A en aquel país nórdico. Advierte este experto que la enfermedad tiene un fondo genético, por lo que considera que antes de echarle la culpa a la vacuna «sería necesario realizar test de compatibilidad y genéticos» en ese grupo de afectados para descubrir el porqué de los síntomas.


Además, Valdizán reclama a la Organización Mundial de la Salud (OMS) más información al respecto, habida cuenta de que el organismo se limitó a dar unos pocos datos y remitió a la publicación de un informe al respecto el próximo 31 de agosto. «Nos gustaría que definiesen los casos, los síntomas, las pruebas realizadas, el modo en que han llegado a esta conclusión o la predisposición genética de los pacientes a sufrir narcolepsia, entre otros datos», enumera el doctor.


Sin embargo, considera que el comunicado emitido por la OMS es «vago», algo que considera de especial gravedad debido a la repercusión mundial que tiene este organismo sanitario. «No puede lanzar la piedra de la información sobre esta supuesta relación entre la vacuna de la gripe A y la narcolepsia y después escatimar en datos y remitir a la población a un informe en pleno verano», se queja.


Añade que no está bien «asustar a la población en temas de salud» e informa de que si en Aragón hubiera habido alguna complicación de este tipo «se habría detectado enseguida, porque todos los casos de narcolepsia infantil pasan por los servicios de neurofisiología clínica», concluye.