RUSIA

"El ambiente es insoportable"

Seis aragoneses, uno de ellos afincado desde hace un año en Moscú, soportan las altas temperaturas y el humo que ha cubierto la capital tras los incendios.

Carlos Gimeno (izquierda) con sus cinco amigos de Paniza, ayer junto a una fuente en Moscú.
"El ambiente es insoportable"
C. GIMENO

Todos los planes trastocados. Lo que iban a ser unos días de turismo con sus amigos llegados desde Zaragoza se ha convertido en todo menos en poder visitar Moscú debido al humo de los incendios forestales y el calor sofocante que lleva padeciendo la capital rusa desde mayo.

De hecho Carlos Gimeno, director general en Rusia de la marca de ropa Kiabi y afincado en Moscú desde hace un año, y sus cinco amigos de Paniza (al igual que Gimeno) tan solo han podido visitar "de pasada" la plaza Roja y poco más. "La sensación es agobiante, con temperaturas por encima de los 40º. Aquí no hay nada de viento y eso produce que haya una niebla constante. Además el olor a ceniza es brutal en algún tramo del día. El ambiente es insoportable", afirma.

Desde hace diez días Moscú se ha convertido en una ciudad fantasma. Aunque el incendio más cercano está a 100 kilómetros, el área afectada por las llamas es tan amplia que el humo ha llegado a la región. El peor día fue el pasado viernes, justo cuando llegaban a la capital Mariano Calatayud, Carlos Simón, Armando Báguena, Miguel Antonio García y Luis Miguel Vitaller. Los cinco amigos de Paniza de Gimeno.

El aterrizaje en Moscú fue complejo. El avión en el que viajaban tuvo que sobrevolar la ciudad durante una hora y media antes de poder tomar tierra. Aún así tuvieron suerte ya que muchos aviones fueron desviados a otras ciudades como San Petesburgo, a 1.000 kilómetros de Moscú.

Recluidos en casa

Desde entonces, las incursiones de estos seis zaragozanos a las calles moscovitas han sido escasas y la mayoría del tiempo permanecen en casa. "Las autoridades han aconsejado que las personas mayores de 40 años y los menores de 18 no salgan de sus hogares. Moscú está desierto. Las terrazas están cerradas y los restaurantes que están abiertos no tienen aire acondicionado. Además, muchas empresas han suspendido su actividad. Quizá como es agosto, la gente también haya aprovechado para salir de la ciudad", señala Gimeno.

No obstante, el ambiente que se respira es de tranquilidad, como indica el director general en Rusia de Kiabi. Sin embargo, este incide en la escasa información que las autoridades rusas hacen llegar a la población sobre la incidencia de los incendios forestales. De hecho, Gimeno se ha enterado a través de sus familiares en España de la amenaza de que el fuego pueda llegar a alguna central nuclear. "Pasan poca información, tal vez para no alertar a la gente", asegura.

Mascarillas

Lo que sí se puede ver estos días en las calles es a la gente con mascarillas. Estos seis zaragozanos también han intentado hacerse con ellas, pero están agotadas. No obstante, todos se encuentran bien de salud.

También se puede ver a muchas personas en las fuentes para aliviarse de las altas temperaturas. Como recuerda Gimeno, en Rusia no hay piscinas. Asimismo, lo que les llama la atención a sus cinco amigos es que todo está muy seco, "de color amarillo".

Gimeno reconoce que Moscú no es una ciudad para vivir por su clima extremo. De hecho su mujer y sus dos hijas residen en Zaragoza y él vuelve a la capital aragonesa cada 15 días. "El problema es que el invierno ha sido muy largo (de octubre a abril) y con temperaturas de -20º. Es duro. He visto las dos caras: un invierno y un verano extremos. Está siendo el verano más caluroso desde que existen estadísticas", dice.

En Moscú se quedará otro año. Dentro de unos días Kiabi inaugura sus dos primeras tiendas y él permanecerá allí hasta que todo "vaya rodando". Pese a las adversidades meteorológicas, resalta que la experiencia es "enriquecedora".

Sus cinco amigos se quedarán en Rusia unos días más. Mañana viajarán a San Petersburgo, donde no hay peligro de incendios. El jueves volverán de nuevo a Moscú para partir a Zaragoza al día siguiente. Esperemos que la situación se alivie y pueden llevarse un mejor sabor de boca de la capital rusa.