¿Para qué quiere Elon Musk implantar chips en el cerebro?

El 'proyecto Telepatía' busca que pacientes con paraplejia o ELA puedan manejar el teléfono móvil con la mente e incluso vuelvan a caminar.

Elon Musk y el logo de su proyecto 'Neuralink'.
Elon Musk y el logo de su proyecto 'Neuralink'.
REUTERS

El 9 de abril de 2021, Elon Musk sorprendió al mundo presentando a un macaco (primate) jugando al Pong, el popular videojuego similar al tenis en el que se trata de hacer rebotar una pelota de un lado al otro moviendo dos barras situadas en los laterales de la pantalla. Lo sorprendente del caso es que 'Page' -así se llamaba el primate- lo hacía sin ningún tipo de mando, solo mirando la pantalla, gracias a dos diminutos chips implantados en su cerebro. Más de tres años después, unos de esos chips se ha implantado en un ser humano. "Se está recuperando bien. Los resultados iniciales muestran una prometedora detección de picos neuronales", indicó este martes Musk en su cuenta de X/Twitter.

El objetivo del conocido como 'proyecto Telepatía' es "crear una interfaz cerebral generalizada para restaurar la autonomía de quienes hoy tienen necesidades médicas insatisfechas y desbloquear el potencial humano del mañana", según explica en su página web Neuralink, la empresa fundada por el magnate en 2016. En otras palabras, se trata de "permitir que alguien con parálisis use un 'smartphone' con la mente más rápido que alguien que usa los pulgares.". La versión más ambiciosa va más allá y persigue que "los parapléjicos vuelvan a caminar". Respecto al "desbloqueo del potencial humano del mañana", poco más se sabe al margen de que en otras ocasiones el excéntrico millonario ha hablado de superar a la inteligencia artificial.

12 macacos sacrificados

El implante N1 tiene el tamaño de una moneda pequeña y se coloca en la parte del cerebro que controla el movimiento gracias a una intervención llevada a cabo por un robot. La razón es que los "64 cables con los que cuenta son tan finos que no pueden ser colocados por una mano humana". El artilugio dispone de 1.024 electrodos que registran la actividad eléctrica del cerebro y la transmiten a una aplicación que descifra la información y la traduce en movimientos. Según Neuralink, la batería se cargaría sin cables.

El camino hasta el ensayo en humanos ha sido largo y, como suele ocurrir con buena parte de los planes de Musk, no ha estado exento de polémicas. En septiembre del año pasado, un grupo de médicos denunció que una docena de macacos rhesus tuvieron que ser sacrificados durante las pruebas con estos implantes. Sufrieron "diarrea con sangre, parálisis parcial y edema cerebral" y murieron a una edad media de poco más de siete años cuando su vida en cautividad puede alcanzar los 25 años. Al menos tres de ellos sufrieron infecciones tras intentar quitarse los implantes.

Algunos extrabajadores acusaron a la compañía de acelerar las investigaciones produciendo "sufrimiento y muertes innecesarias". La respuesta del hombre más rico del mundo fue que "ningún mono ha muerto como resultado de un implante Neuralink" y que experimentaba con primates que ya estaban "al borde de la muerte". Las dudas hicieron que las autoridades estadounidenses rechazaran a principios de 2022 la primera tentativa de iniciar las pruebas en humanos. Finalmente accedieron en mayo del año pasado. Entre los requisitos, los voluntarios debían ser tetrapléjicos con lesiones en la columna o enfermos de ELA, en ambos casos menores de 22 años. Las pruebas durarán seis años.

Por novedoso que parezca, no es la primera vez que se implantan chips cerebrales en personas con parálisis. En mayo del año pasado, un holandés de 40 años que había quedado tetrapléjico hace doce tras un accidente en bicicleta logró caminar con la ayuda de un andador. Otra empresa estadounidense implantó chips en cinco pacientes en 2022.

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