El primer cumpleaños de Kfir, el rehén más joven de Hamás

El pequeño de la familia Bibas fue secuestrado junto a su hermano mayor, de 4, y sus padres en el kibutz de Nir Oz, donde los islamistas mataron a sus abuelos maternos.

La imagen del pequeño Kfir, junto a la tarta de su primer cumpleaños, en una concentración en Tel Aviv por los rehenes de Hamás. MIDEAST ISRAEL PALESTINIAN CONFLICT
La imagen del pequeño Kfir, junto a la tarta de su primer cumpleaños, en una concentración en Tel Aviv por los rehenes de Hamás.
ABIR SULTAN/EFE

En la fiesta de cumpleaños de Kfir Bibas no ha faltado la tarta. Tres pisos de pastel, con una foto del crío sonriente sobre la nata, rematados por un osito que los invitados habrían devorado si hubiera habido algo que celebrar. Pero era difícil encontrar un motivo. Ni el pequeño ni su familia pudieron asistir al homenaje organizado en Nir Oz, el kibutz donde tenían su hogar, porque se hallan en manos de Hamás. Kfir es el rehén más joven que los terroristas se llevaron el 7 de octubre durante su sangrienta incursión en Israel. Entonces no llegaba a los diez meses y ahora, con un año cumplido este jueves, el cautiverio le ha robado una cuarta parte de su vida.

El pequeño de la familia Bibas no fue consciente de lo que pasaba aquel sábado que los islamistas arrasaron su kibutz, situado cerca de la verja de separación con la Franja de Gaza, pero seguramente intuyó que algo no iba bien en brazos de su madre. La imagen de Shiri, de 32 años, abrazada a Kfir y su otro hijo, Ariel, de 4 y un fan absoluto de Batman, cubiertos bajo una manta circuló durante los días posteriores al ataque de Hamás como una muestra del terror que había sembrado la milicia palestina. Lloraba, gritaba desconsolada, mientras los terroristas la sacaban junto a sus hijos de Nir Oz. También se llevaron a su marido, Yarden, de 34, a quien se vio con una herida abierta en la sien escoltado por varios milicianos.

Ninguno ha vuelto desde entonces a vivir en libertad. «Ahora somos como robots», admite Jimmy Miller, primo de Shiri, quien ejerce estos días de portavoz de la familia en los actos convocados por el primer año de Kfir. En lo que queda de su kibutz montaron el martes una fiesta con un arco de globos naranjas -por su cabello pelirrojo- y plateados, la tarta y bolsas con chucherías, pero fue «el cumpleaños más triste del mundo». El pequeño no estaba allí para celebrarlo y faltaban también muchos familiares, entre ellos, sus abuelos maternos (el argentino José Luis Silberman y la peruana Margit Schnaider), a quienes Hamás asesinó el 7 de octubre. Sólo en Nir Oz -donde residían unos 400 vecinos- murió una veintena de personas a manos de los islamistas y otras ochenta, la mayoría mujeres y niños, acabaron secuestradas.

"Nadie hace nada"

«Esperamos y esperamos y esperamos y nos hemos reunido con todos, con actores, personajes famosos, pensadores, y todos nos abrazan y escuchan la historia con empatía pero no sentimos que nadie esté haciendo nada», comparte el primo de Shiri al diario The Times of Israel cuando el cautiverio pasa de los cien días. Nada se ha sabido de los Bibas en este tiempo aunque Hamás aseguró, primero, que habían caído en manos de otra organización terrorista y, después, que el pequeño Kfir había muerto en un ataque aéreo israelí, algo que el ejército hebreo ha tratado de verificar y, a diferencia de otros rehenes fallecidos durante el secuestro, no ha logrado confirmar. Es «terror psicológico», argumentaron desde las fuerzas armadas judías sobre ese tipo de anuncios «crueles».

En la familia del crío no pierden la esperanza -ni siquiera cuando comprobaron que ninguno de ellos estaba entre el centenar de liberados durante el alto el fuego de noviembre- y por eso han organizado una serie de homenajes por el cumpleaños. Además de la fiesta, con cuatro sillas vacías, en Nir Oz, la conocida como 'plaza de los rehenes' en el centro de Tel Aviv ha acogido este jueves un acto con artistas infantiles y en Buenos Aires -el abuelo paterno era argentino- se han iluminado varios edificios públicos de naranja para recordar al cautivo más inocente de todos los inocentes que apresaron los milicianos. «Kfir y Ariel no son enemigos de Hamás», recalca Miller.

El primo de Shiri, uno de los fijos en los constantes actos que se convocan en Israel para reclamar la vuelta de los rehenes -se estima que son 132 en la actualidad- se ha estrujado la cabeza para que este primer cumpleaños no pasara desapercibido. Con esa intención ha grabado también una canción sobre el pequeño con artistas y otros parientes bajo el título 'They Call Me Gingi', en referencia al término hebreo (gingi) que se utiliza para denominar a los pelirrojos. Su letra espera que llegue a oídos de todo el mundo. También de Kfir cuando, pronto, confía, vuelva a casa.

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