Retrato de dos adolescentes británicos con "sed de matar"

Los menores, que apuñalaron a puñaladas a la joven tiktoker Brianna Ghey, planificaron el crimen durante semanas y tenían una lista con posibles víctimas y decenas de mensajes con sus fantasías asesinas.

Brianna Ghey
Brianna Ghey
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En una conversación de WhatsApp entre dos adolescentes uno espera encontrar comentarios sobre la serie de moda, ese profesor al que no tragan o los planes para el fin de semana. Lo que nadie imagina es ver decenas de mensajes donde dan rienda suelta a sus fantasías sobre asesinatos y torturas. Y mucho menos saber que las han hecho realidad. Eso es lo que descubrieron los investigadores de la muerte de Brianna Ghey en los móviles de los autores de su crimen. Ella tenía 16 años. Sus verdugos, 15, y acaban de ser declarados culpables del «feroz» asesinato de la chica a principios de año en un parque del noroeste de Inglaterra. «Fueron muy difíciles de leer», reconoce la fiscal adjunta del caso, Ursula Doyle, sobre las «páginas y páginas» de chats entre los acusados.

Los asesinos de Brianna se conocieron cuando eran unos niños, con 11 años, y se convirtieron en «una influencia mortal el uno para el otro». En el proceso judicial fueron descritos como dos chavales inteligentes, «muy brillantes», criados en entornos «normales», pero obsesionados con la tortura, la violencia y la muerte hasta el punto de transformar «sus oscuras fantasías sobre asesinatos en realidad», explica Doyle. Tenían «sed de matar» y estaban convencidos, además, de que nadie les atraparía.

En el juicio, que se alargó tres semanas, se rompió su macabra alianza. La chica X y el chico Y -así se les ha llamado al no poder trascender sus identidades por tratarse de menores- decidieron echarse mutuamente la culpa del crimen cometido en la localidad de Warrington. Los dos argumentaron que jamás se les pasó por la cabeza que el otro podía llevar a cabo sus sangrientas ideas.

Tal vez por esa «arrogancia» de creer que nadie descubriría que habían acabado con la vida de una persona dejaron su plan por escrito. De su puño y letra. En el suelo de la habitación de uno de los acusados se encontró una nota arrugada con un título que no dejaba lugar a dudas: «Sábado 11 de febrero de 2023. La víctima Brianna Ghey». 

El crimen fue calculado al milímetro durante semanas. «Reúnete con (chico Y) en postes de madera a la 1.00 p.m. Camina hasta la biblioteca. Espera hasta que Brianna se baje del autobús, luego los tres caminamos hasta Linear Park. Le digo una palabra clave a (Y). Él la apuñala por la espalda mientras yo la apuñalo en el estómago. (Y) arrastra el cuerpo hacia el área». El último paso, ocultar el cadáver, no pudieron darlo porque en ese momento fueron descubiertos por dos personas que paseaban a sus perros por la zona y escaparon del lugar.

Hasta 28 puñaladas

Brianna, una tiktoker transgénero con miles de seguidores, fue el primer objetivo aunque los acusados manejaban una lista con cinco posibles víctimas. Todas menores de edad. También tenían apuntados los nombres de algunos criminales en serie, como Richard Ramírez (conocido como 'el acosador nocturno' y autor de catorce muertes en Los Ángeles en los años ochenta) o Harold Shipman (un médico británico que habría matado a más de 200 pacientes el siglo pasado). Inspirados en ellos o no desataron toda su crueldad sobre la joven 'influencer', a la que apuñalaron hasta 28 veces -en la cabeza, el cuello, el pecho y la espalda- con un cuchillo de caza a plena luz del día. «La planificación, la violencia y la edad de los asesinos son increíbles», admite Doyle, quien habla de un ataque «frenético y feroz».

Igual de escalofriante resulta que la pareja de amigos, y asesinos, se fueran a casa y continuaran con su vida tras dejar el cuerpo de su víctima en el parque Culcheth Linear. La chica X incluso publicó un homenaje en internet a Brianna, a quienes su familia la retrataron como una joven tímida que sufría depresión y ansiedad. «Ella no tuvo miedo de ser quien quería ser», recordó su madre, Esther, en una entrevista a la cadena BBC en referencia a su condición trans. Sus verdugos tampoco pasaron ese detalle por alto: «Quiero ver si gritará como un hombre o una niña», se mofaban en uno de sus mensajes. Las conversaciones entre los dos chavales arrojan una «visión aterradora» de sus mentes.

La chica X y el chico Y, que ahora tienen 16 años, han sido esta semana declarados culpables por un tribunal de Manchester aunque la sentencia se espera para después de Navidad. La magistrada, Justice Yip, les comunicó que se enfrentarán a una condena de cadena perpetua. «Lo que tengo que decidir es la cantidad mínima de tiempo que se les exigirá cumplir antes de que se pueda considerar su liberación», apuntó tras un juicio que reveló la crueldad de estos chavales. Lo expresó Nigel Parr, inspector de la Policía de Cheshire, quien describió el crimen de Brianna como «un asesinato sin sentido cometido por unos adolescentes que tenían una obsesión por el asesinato, cuya única motivación era experimentar cómo sería esto».

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