Los rivales de Trump ponen en duda su salud mental

Los demócratas quieren así compensar las críticas por la edad de Biden y republicanos como DeSantis aspiran a sustituir al expresidente como gran baza electoral del partido conservador.

El expresidente estadounidense Donald Trump visita East Palestina, Ohio
El expresidente estadounidense Donald Trump visita East Palestina, Ohio
ALAN FREED

¿Comienza a pesarle la edad, 77 años, a Donald Trump? Sus descuidos y deslices aumentan. Ha alertado sobre el peligro de una Segunda Guerra Mundial, asegura que los molinos eólicos marinos pueden provocar cáncer y vuelven locas a las ballenas. Se le olvida la letra del himno de su país durante una celebración deportiva. Califica a Hezbolá como «muy inteligente» pese a ser un grupo apoyado por Irán, enemigo declarado de Estados Unidos...

Durante la campaña electoral que llevó en enero de 2021 al demócrata Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, su rival, el republicano Trump, utilizó como arma la elevada edad de su contrincante, sus supuestas lagunas mentales y su fragilidad física. Difundió vídeos con las caídas y tropezones de Biden, y bromeó con saña cada vez que el otro candidato metía la pata en un discurso. El presidente ha cumplido 80 años. Trump tiene solo tres menos. Y ahora que se acercan los comicios de 2024 es Trump el que asiste a una campaña que recoge todos sus deslices, sus errores más burdos y sus afirmaciones estrafalarias. ¿Está bien de la cabeza? Esa pregunta la comparten y difunden tanto los responsables de la campaña de Biden como los otros candidatos republicanos en las primarias de su partido. Biden ya era considerado 'viejo'. Esta vez le toca a Trump luchar contra el peso de su edad.

En sus mítines, el expresidente gusta de ridiculizar a Biden. Le imita caminando con dificultad y recuerda sus lapsus mentales: «Biden habló durante unos segundos y no tenía ni idea de lo que estaba diciendo. No sabía dónde estaba. No sabía qué estaba diciendo. '¿Dónde estoy?' Oh, estás en Míchigan», parodió Trump en uno de sus discursos. Este arsenal sobre el estado mental de su rival se ha vuelto ahora en su contra dentro incluso de propia casa, el Partido Republicano, donde es la baza más popular entre los votantes.

Por eso, sus herederos le atacan. Ron DeSantis, gobernador de Florida y aspirante a líder de la formación conservadora, es un buen alumno de Trump. Le atiza con el mismo argumento: la edad. Tiene 45 años, 32 menos que el expresidente. En su equipo para las primarias no dejan de difundir los fallos de Trump. Lo mismo hace Nikki Haley, de 51 años y exembajadora de EE UU ante Naciones Unidas. Buscan deslices de su compañero de partido, al que consideran tan 'viejo' y despistado como Biden. Y así, como recoge The Washington Post, recuerdan que Trump se dirigió al primer ministro húngaro, Viktor Orban, como si fuera el presidente de Turquía. O que cada vez confunde más a Biden con Obama en sus discursos. O que dijo haber vencido a Obama en las elecciones de 2016, cuando su rival entonces fue Hillary Clinton.

"Ha perdido el control"

Los errores de Trump se han convertido en un campo minado para él. En una de sus últimas intervenciones dijo que el planeta «no debe caer en la Segunda Guerra Mundial», el conflicto que se desarrolló entre 1939 y 1945. Sus contrincantes miran con lupa sus apariciones públicas. Los demócratas quieren desactivar así, o al menos compensar, las dudas que genera la edad de Biden. Y los republicanos que son alternativa a Trump buscan desacreditarle por lo mismo: sus 77 años. «La presidencia no es un trabajo para alguien que tiene 80 años», defendió DeSantis en 'CBS News' en referencia tanto a Biden como a Trump, que, a su juicio, «ha perdido el control». El gobernador de Florida aseguró que el expresidente tiene que leer lo que le ponen una pantalla para que su discurso sea coherente. «Es un Trump diferente al de 2016», sentenció el 'joven' DeSantis.

El expresidente ve cómo las exageraciones o errores que antes eran recibidos con aplausos empiezan a ser un motivo de preocupación. Trump siempre ha sido un volcán dialéctico cargado de imprecisiones o, simplemente, fallos de bulto y descalificaciones. De México dijo: «Envía a gente que trae drogas, que trae crimen». Durante un mitin, conminó a una madre a irse con su bebé, que no dejaba de llorar. Aseguró también que no perdería un voto si se ponía a disparar en la Quinta Avenida de Nueva York.

Hay más. Pidió prohibir la entrada de los musulmanes en Estados Unidos. Recomendó a Rusia que espiase a Hillary Clinton. Abogó por restablecer «el ahogamiento simulado para los sospechosos de terrorismo»... También confesó: «Me atraen las mujeres bonitas automáticamente. Las comienzo a besar, es como un imán, no puedo ni esperar (...). Y cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras, puedes hacer lo que quieras». Ahora que la política estadounidense se encamina hacia las elecciones presidenciales de 2024, crecen las dudas, incluso en su partido, sobre la estabilidad mental de Trump. Si ganara los comicios, alcanzaría los 80 años como presidente, los mismos que tiene Biden, el 'viejo' Biden al que tanto parodia.

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