Los ministros de Defensa de la OTAN buscan renovar el apoyo a Ucrania y evitar el estancamiento de la guerra

La OTAN ha mantenido un perfil bajo con respecto al ataque de Hamás a Israel y aboga por el derecho de Israel a defenderse. 

Zelenski, este miércoles con los líderes europeos y del G7 en el marco de la cumbre de la OTAN en Vilna, Lituania.
Zelenski, este miércoles con los líderes europeos y del G7 en el marco de la cumbre de la OTAN en Vilna, Lituania.
Tim Ireland/EFE

Los ministros de Defensa de la OTAN buscan este miércoles renovar el apoyo militar a largo plazo a Ucrania, tras registrarse las primeras grietas entre aliados, con la vista puesta en mandar una señal firme frente a Rusia y evitar que el conflicto se cronifique.

Los aliados se darán cita en el cuartel general de Bruselas con el nuevo ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, en el marco del grupo de Ramstein, una cita de la que se espera que salgan nuevos compromisos con el Ejército ucraniano también por parte de España, en el contexto del respaldo aliado para liberar territorio ocupado por el Ejército ruso.

La OTAN es consciente de que Ucrania entra en un "periodo complicadísimo" y de que, con una contraofensiva que ha logrado solo avances lentos y localizados, la respuesta aliada pasa por reforzar los sistemas antiaéreos ucranianos y permitir el avance terrestre con más vehículos blindados ante un escenario de guerra de artillería.

"Preveo que se hará hincapié sobre todo en la defensa antiaérea y la munición, aunque sin duda los ucranianos presentarán otras peticiones", ha explicado la embajadora de Estados Unidos ante la organización, Julianne Smith, sobre el tipo de ayuda que ofrecerán los aliados. Este tipo de armamento se antoja "clave" para impulsar a Ucrania en el tipo de batalla que libra contra Rusia y para defender las infraestructuras civiles que serán blanco de los misiles rusos durante el invierno.

"Queremos asegurarnos de que los ucranianos dispongan este invierno de los medios de defensa aérea que necesitan para reforzar sus infraestructuras críticas y garantizar que los esfuerzos rusos por dejar a los ucranianos a oscuras y en el frío no tengan éxito", ha indicado la embajadora estadounidense.

Desde la organización militar se entiende que "no hay otra respuesta" posible que redoblar el suministro de ayuda letal a Kiev, ante una Rusia que no ha dado muestras de querer sentarse en una mesa de negociación y que busca generar fatiga en el apoyo de los socios de Ucrania.

Si de un lado Vladimir Putin quiere perpetuar el conflicto y ganar tiempo para recuperar su Ejército y revitalizar su industria militar, del otro, la receta de los aliados pasa por aumentar el flujo de armamento que entregan a Ucrania. Eso si, sigue sin estar sobre la mesa el envío de aeronaves de combate a Kiev, con serias dudas entre algunos aliados de su efectividad, por lo que la OTAN opta por intensificar la entrega de armamento a Ucrania.

Todo esto cuando empiezan a notarse las dificultades de los miembros del bloque militar para mantener el respaldo a largo plazo. Como señala una fuente aliada, muchos de los países de la OTAN experimentan que sus arsenales "no son un pozo sin fondo". Así las cosas, los titulares de Defensa tendrán el foco puesto también en reforzar la producción militar para dar respuesta a las peticiones de Kiev y a mantener un nivel en las reservas que garantice la seguridad nacional de los aliados.

En todo caso la cita servirá para despejar las dudas generadas por Estados Unidos, cuya parálisis presupuestaria afecta a las partidas de ayuda militar a Ucrania, o Polonia, principal socio europeo de Ucrania en los primeros 20 meses de conflicto, que aduce disputas bilaterales por la exportación de grano ucraniano para cesar el envío de armas.

También añade tensión la reciente victoria electoral en Eslovaquia de Robert Fico, un líder de corte populista y próximo al Kremlin. Frente a estas incertidumbres, desde el seno de la OTAN restan importancia a estas disputas, que coinciden con un contexto electoral, y confían en que el compromiso con Ucrania de Washington y Varsovia no varíe.

Ataque de Hamás

La situación en Oriente Próximo, con el ataque sin precedentes de Hamás contra Israel, sobrevolará la reunión de la OTAN, pese a que este escenario escapa al área euroatlántica y como tal estará más en los pasillos y contactos informales de ministros que en la agenda oficial del encuentro.

La OTAN ha mantenido un perfil bajo y aunque no ha dudado en condenar la acción terrorista y abogar por el derecho de Israel a defenderse de este ataque, subrayando su calidad de socio habitual de la alianza, es significativo que no se haya pronunciado todavía el secretario general, Jens Stoltenberg.

Los aliados entienden que más allá de solidarizarse con Israel, la OTAN no puede contribuir al conflicto y su respuesta debe ser muy cuidada para evitar que sea visto como parte del mismo. También se cuidan de comentar el escenario de la ofensiva del grupo islamista, aunque existe el entendimiento común de que se produjo un importante fallo de Inteligencia israelí.

Tensiones en el norte de Kosovo

Otro de los temas sobre la mesa de los ministros será el auge de las tensiones en el norte de Kosovo, una vez la Alianza Atlántica ha autorizado el despliegue de efectivos adicionales por parte de Reino Unido y Rumanía para reforzar la operación de la OTAN en Kosovo, KFOR.

En el seno de la OTAN esperan que la reunión de ministros de Defensa ahonde en la línea de robustecer la misión, aunque no se espera un cambio en "los términos de referencia" de la operación. Otras fuentes apuntan no obstante que el comandante supremo aliado en Europa (Saceur) está examinando que la misión cuente con los medios suficientes para cumplir con sus objetivos y no descartan futuros ajustes.

Los aliados respondieron a la creciente tensión en el enclave, tras el ataque de un grupo armado de serbokosovares y los movimientos militares de Serbia en la línea de demarcación, con la autorización para desplegar más tropas en la KFOR, y se mostraron a favor de realizar más "ajustes" en la postura de la operación si fuera necesario tras el último repunte de la violencia. En este sentido, el primer contingente de 200 militares británicos llegó el pasado viernes a Kosovo y se espera otro refuerzo con cien militares de Rumanía.

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