Meloni invita a Von der Leyen a visitar Lampedusa para que comprenda la "grave" crisis migratoria
La primera ministra italiana solicita la creación de una "misión naval europea" para atajar la crisis.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha hecho un llamamiento este viernes a los países de la Unión Europea para crear una "misión naval europea" con el objetivo de atajar la crisis migratoria y ha invitado a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a visitar Italia.
"He escrito a la presidenta de la Comisión Europea para pedirle que venga conmigo a Lampedusa para que comprenda personalmente la gravedad de la situación a la que nos enfrentamos y acelerar inmediatamente la aplicación del acuerdo con Túnez mediante la transferencia de los recursos acordados", ha destacado, según ha recogido el diario 'La Repubblica'.
En este sentido, Meloni ha asegurado que "la presión migratoria que Italia experimenta desde principios de este año es insostenible", una situación que se ha dado debido a la "creciente inestabilidad" en el Sahel y a "los problemas que ya padecían los países africanos".
Asimismo, la primera ministra italiana ha informado de que el Consejo de Ministros debatirá el lunes una modificación al periodo de internamiento en los centros de detención de 12 a 18 meses, según ha recogido la agencia de noticias AdnKronos.
"Estamos trabajando para reforzar los centros de repatriación para que cualquier persona que entre ilegalmente sea efectivamente detenida durante todo el tiempo necesario para la definición de su posible solicitud de asilo y para su expulsión efectiva en caso de que sea irregular", ha zanjado.
Italia aboga por concentrar esfuerzos en la lucha contra las mafias, la repatriación y la ayuda a países de origen y tránsito, si bien sus últimos contactos con Túnez, país que ha firmado un acuerdo con la UE para paliar la crisis, parecen no haber dado resultado.
Formaciones opositoras como el Partido Democrático (PD) y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) han puesto en cambio el foco en el Gobierno de Italia, al que acusan de fracasar en sus políticas migratorias, entre otros motivos por desmarcarse de los teóricos países fuertes en Europa para estrechar lazos con ejecutivos nacionalistas como el húngaro o el polaco.
