Cisjordania sufre su año más sangriento

Más de 200 palestinos y 30 israelíes han muerto desde enero, la cifra más alta desde 2005, a causa de un aumento de la violencia de la que Israel culpa a Irán.

Soldados del Ejército de Israel en Yenín, Cisjordania.
Soldados del Ejército de Israel en Yenín, Cisjordania.
Europa Press/Contacto/Ahmed Ibrahim

La violencia se dispara en Cisjordania y en este 2023 ya son más de 200 palestinos y 30 los israelíes muertos, según datos de Naciones Unidas. Es el año más sangriento desde 2005 y todavía faltan cuatro meses que se presentan muy largos en los territorios ocupados. 

La última víctima fue Othman Abu Khoruj, un joven de 17 años abatido por disparos del Ejército al sur de Yenín. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, reunió al gabinete de seguridad y culpó a Irán de alentar la oleada de ataques palestinos que el sábado y el lunes costaron la vida a tres colonos.

El Ejército anunció el refuerzo de sus unidades con la llegada de un nuevo batallón de infantería y dos compañías y puso en marcha un importante despliegue. La operación jaula para detener a los autores del doble atentado contra colonos está en marcha y los militares anunciaron la detención de dos hombres sospechosos de haber tomado parte en el ataque del lunes, en el que una colona fue abatida cerca de Hebrón. Los medios israelíes recogieron que ambos admitieron su culpabilidad durante el interrogatorio y entregaron el arma empleada. De momento no se han producido detenciones vinculadas con la operación del sábado en la que dos colonos, un padre y un hijo, murieron tiroteados cuando limpiaban su coche en una gasolinera de Huwara.

Desde la Radio del Ejército apuntaron a que "esto es solo el inicio" de la oleada de ataques porque "Hamás quiere aprovechar la fuerte división interna en Israel". La reforma judicial que está llevando adelante Netanyahu ha dividido a la sociedad y desde hace 33 semanas decenas de miles de personas se manifiestan cada sábado en Tel Aviv contra lo que consideran un "golpe de estado" de la extrema derecha.

Colonos al mando

El sector ultranacionalista sionista, liderado por los ministros Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, tiene un papel clave en el gobierno. El ascenso de estos colonos radicales a la gestión de los territorios ocupados ha traído de la mano una escalada de violencia que no se veía desde hace 18 años. Ben Gvir y Smotrich apuestan por la anexión de lo que ellos denominan Judea y Samaria y claman "venganza" cada vez que muere uno de los suyos en un ataque palestino. Las críticas más importantes se dirigen al ministro de Defensa, Yoav Gallant, a quien le urgen a reimponer controles militares generalizados en las carreteras de toda Cisjordania.

Los ataques sufridos en los últimos días han llevado a los líderes de los consejos regionales de colonos a organizar una protesta a las puertas de la oficina del primer ministro en Jerusalén. "Exigimos una operación militar profunda y prolongada para detener el terrorismo como lo hizo en el pasado", declaró Yossi Dagan, responsable del consejo de Samaria.

Pese a los lamentos de los líderes de los asentamientos, la campaña lleva meses en marcha y uno de los episodios clave fue la operación de comienzos de julio contra el campo de refugiados de Yenín, bastión de 'Las Brigadas de Yenín', grupo que aglutina a simpatizantes de Hamás y, sobre todo, Yihad Islámica. Fueron 44 horas de operación militar que dejaron 12 palestinos, tres de ellos menores, y un soldado de las fuerzas especiales muertos, 120 heridos y recordaron a los años más duros de la Segunda Intifada.

A esto hay que añadir la oleada de detenciones que, según datos del Club de Prisioneros Palestinos, supera los 50 hombres. "Esta campaña de detenciones es una de las mayores desde principios de año" y viene acompañada de "abusos sistemáticos, fuertes palizas a los detenidos y sus familias, amenazas y vandalismo", reza el comunicado de la organización de presos.

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