La ultraderecha alemana alcanza ya el segundo lugar en intención de voto

Todos los últimos sondeos coinciden en que AfD ha superado al tripartido de izquierdas gobernante y se acerca al liderato de los cristianodemócratas. 

Alice Weidel, líder del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD)
Alice Weidel, líder del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD)
FILIP SINGER

La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) continúa su ascenso imparable con un nuevo récord en intención de voto, según el sondeo representativo del instituto demoscópico Infratest Dimap publicado ayer, en el que suma un potencial del 20% de sufragios en un hipotético adelanto de las elecciones generales y se consolida como segunda fuerza política germana. AfD obtiene dos puntos más que en la encuesta de julio, según el estudio demoscópico difundido por la primera cadena de la televisión pública ARD y el rotativo conservador Die Welt. La cifras de Infratest Dimap coinciden con los datos del resto de los institutos publicados en las últimas semanas.

El Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller federal, Olaf Scholz, se mantiene estable con un 18% de votos. Pero Los Verdes, socios del tripartito gobernante, ceden un punto y caen al 14% de sufragios potenciales, mientras los liberales (FDP) repiten un 7% de apoyos electorales. Preocupante para las formaciones de la coalición de gobierno en Berlín resulta el hecho de que juntas no suman ya ni un 40% de sufragios y que su nivel de popularidad se encuentra bajo mínimos.

Líderes indiscutibles del espectro político alemán son cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU) que suman un 28% de votos. Fuera del Bundestag quedaría La Izquierda, con un insuficiente 4% para conseguir representación parlamentaria.

El nuevo estudio cuestiona además la explicación habitual para la popularidad que registran los ultranacionalistas germanos. Muchos analistas afirman que el alza de esa formación tiene su origen, no en cuestiones ideológicas, sino en la insatisfacción del electorado con los restantes partidos y el llamado voto protesta. Sin embargo, preguntados en esta ocasión por su cercanía "personal a la ideología política básica" de AfD, un 77% de sus votantes potenciales afirma que les resulta "muy" o "más bien" próxima, algo que resulta sorprendente ante el hecho de que ese partido es vigilado oficialmente por los servicios de inteligencia interiores de Alemania como sospechoso de ultraderechismo y neonazismo.

"Extremistas"

Lo mismo sucede con la afirmación de que Alternativa para Alemania acoge en su seno a "demasiados extremistas de derechas". Aunque un 69% de los alemanes suscribe esa aserción, se trata de un 17% menos que en septiembre de 2017, cuando AfD no se mostraba tan radical como lo hace ahora. Además, que ese partido no resuelve problemas, pero "por lo menos llama a las cosas por su nombre" lo confirma un 55% de los preguntados y casi los mismos, un 53%, opina que la formación populista "ha comprendido mejor que el resto de los partidos que mucha gente entre nosotros ya no se siente segura. Un 42% celebra también que "quiera limitar mucho más que otros partidos la llegada de extranjeros y refugiados" a suelo germano.

La mayoría de los alemanes defiende, pese a todo, el aislamiento y marginación a la que Alternativa para Alemania se ve sometida por el resto de las formaciones políticas, que mantienen un pacto tácito para no colaborar o aliarse con los populistas a nivel nacional, regional y municipal. Un 43% opina que se debe "excluir de manera general" toda cooperación con la ultraderecha, un 33% defiende que se decida "según el caso" y sólo un 17% exige que el resto de los partidos "busque" la colaboración con ellos. Y tampoco los líderes de la ultraderecha resultan muy aceptados. En el ránking de políticos populares, Tino Chrupalla, presidente de AfD, es el farolillo rojo de la clasificación y solo obtiene un 9% de aceptación, tres puntos menos que en el sondeo anterior.

El político preferido de los alemanes es actualmente el ministro federal de Defensa, el socialdemócrata Boris Pistorius, con un 53% de aceptación, seguido por la titular de Exteriores, la verde Annalena Baerbock, con un 37%; y el canciller federal, Olaf Scholz, con un 34%. A distancia apreciable y pese a que los conservadores ganarían unos comicios adelantados se encuentra el presidente de la Unión Cristianodemócrata, Friedrich Merz, con solo un 25% de popularidad.

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