El neonazi que fundó Wagner y se convirtió en el matón de Prigozhin
Dimitri Utkin, un agente especial enamorado del Tercer Reich, creó el grupo de mercenarios que ha estremecido a Rusia.
«La mejor opción para Prighozin y Utkin es que se vuelen la cabeza. Porque alguien ya tiene una bala para acabar con ellos». Esta frase ha sido pronunciada este lunes por el diputado de la Duma y general del Ejército ruso Andrey Gurulev. La advertencia para el dueño de Wagner que protagonizó el motín contra el Kremlin se ha repetido en las últimas horas en otros foros, pero lo novedoso es que se ha incluido en su mensaje a Dimitri Utkin, uno de los personajes más siniestros dentro de la estructura de Wagner.
Dimitri Utkin fue el verdadero creador del grupo de mercenarios Wagner. De él se sabe que fue un agente especial del GRU, el sustituto del KGB tras el hundimiento de la Unión Soviética. Como todos los miembros de este tipo de unidades, su historial militar es un misterio. Tan solo se sabe que nació en la Ucrania soviética en 1970 y que intervino en la guerra de Chechenia. En este enfrentamiento, Rusia fracasó en su primer intento de acabar con la rebelión en la región. Solo en una segunda ocasión, y gracias a contratar los servicios del checheno Ajmat Kadyrov, consiguió controlar la zona.
El rastro de Utkin reapareció alrededor de 2013, cuando un grupo de mercenarios denominado 'Cuerpo Eslavo' se dio a conocer en Siria. Este grupo de soldados de fortuna peleó al lado del dictador Bachar al Asad en contra de los rebeldes que habían aprovechado la primavera árabe para intentar derrocar al tirano, pero también contra el Estado Islámico. Al parecer, en aquella época Utkin fue recibido en el Kremlin como un héroe de guerra.
En 2014, Utkin ya había fundado su propio grupo de mercenarios. En el sistema militar ruso, una forma clave para identificar a los soldados es su distintivo de llamada, es decir, el nombre que emplean en los mensajes por radio para no utilizar su nombre. Utkin usaba el apodo de 'Wagner' y fue con esa referencia al músico alemán con la que bautizó a su organización. Según se ha divulgado, el antiguo agente del GRU es un fanático del Tercer Reich y de la simbología nazi. En una de las escasas fotos que existen sobre este militar se puede ver que lleva tatuadas junto a sus clavículas dos enseñas de las SS nazis.
El grupo Wagner se convirtió en una unidad clave en la primera guerra de Ucrania, cuando fuerzas títeres de Moscú invadieron el Donbás. A estos grupos se les denominó 'hombrecillos verdes', puesto que llevaban uniformes militares pero sin distintivos con el fin de que no pudieran ser identificados. El objetivo era que Moscú pudiera negar cualquier intervención en el conflicto ucraniano y poder presentarlo como un levantamiento interno. En este momento aparece Eugeny Prigozhin, quien se había encaramado hasta la corte de Putin tras salir de la cárcel y crear una cadena de restaurantes en San Petersburgo. Los servicios de inteligencia no se ponen de acuerdo a la hora de establecer si el dinero para formar el grupo de mercenarios lo puso Prigozhin o luego llegó a un acuerdo con Utkin.
Batallas significativas
Wagner regresaría a Siria, donde participaría en algunas de las batallas más significativas de la región. Allí protagonizó la masacre de Khassam. En este enfrentamiento, decenas de mercenarios fallecieron cuando intentaron atacar una refinería protegida por fuerzas especiales de Estados Unidos. Aquí se produjo el primer conflicto entre Wagner y el Kremlin, ya que los mercenarios acusaron al Ejército ruso de haberlos abandonado mientras los norteamericanos les diezmaban. Hace escasas semanas, poco antes de iniciar su revuelta en Moscú, el propio Prigozhin acudió a un mausoleo levantado por la compañía militar para recordar a sus caídos en esa acción.
Pese a su alejamiento del Kremlin, los mercenarios volvieron a ser contratados para intervenir en la invasión de Ucrania. Esta unidad fue clave en algunos combates definitivos del comienzo de la guerra como la toma de la acería de Azovstal por los rusos. También se especuló con el envío de un grupo especial a Kiev con la misión de eliminar a Zelensky. En esos días, algunos foros mostraron una foto en la que supuestamente el propio Utkin aparecía con sus hombres mientras pescaba en algún río ucraniano y celebraba una especie de fiesta. La autenticidad de la fotografía, sin embargo, está en duda.
Para entonces, el protagonismo de Prigozhin en la dirección de Wagner era absoluto. El propio expresidiario difundió vídeos en los que visitaba las cárceles para reclutar presos que se quisieran incorporar a la milicia. La figura de Utkin se disolvió ante las bravuconadas y el protagonismo de su jefe. Utkin solo reaparecería de una forma circunstancial, cuando el excocinero de Putin comenzó a arremeter contra el mando militar y contra algunas unidades que participaban en la guerra de Ucrania. Los chechenos de Kadyrov -el hijo del líder que había pacificado la región para Putin- tildaron a Prigozhin de bocazas y le pidieron que se callase, en especial, por criticar los esfuerzos militares cuando Rusia estaba recibiendo grandes reveses. En esos días, Prigozhin difundió unas palabras de Utkin en las que el neonazi decía que «algunos ciudadanos deberían ser puestos contra la pared por la vergüenza que nos hacen pasar». «Siempre estamos dispuesto a hablar de hombre a hombre», retaba el fundador de Wagner a los chechenos.
Cuando el pasado viernes comenzó la revuelta de Prighozin y su abortada marcha hacia Moscú, Utkin no apareció en ninguna de las imágenes. Los blogueros rusos, sin embargo, volvieron a sacar su nombre a relucir y aseguraron que había participado o iba a participar en las negociaciones para acabar con el motín. Pero en ningún momento se le identificó en los momentos clave de la rebelión. Ahora, su apellido solo ha sido pronunciado por el círculo gubernamental para aconsejarle que se quite la vida antes de que se encuentre con la bala rusa que lleva su nombre.
