Investigaciones de EE. UU. confirman que la presa ucraniana fue destruida por Rusia

Militares e ingenieros coinciden en que la pared solo pudo ser destruida con cargas explosivas colocadas en su interior, al que solo tenían acceso las tropas de Moscú.

Imagen captada por satélite de la presa Kakhovka, el pasado 28 de mayo, antes de su voladura.
Imagen captada por satélite de la presa Kakhovka, el pasado 28 de mayo, antes de su voladura.
MAXAR TECHNOLOGIES/ Reuters

Las sospechas parecen haberse confirmado. Detrás de la voladura de la presa de Kakhovka el pasado día 6 estuvo Rusia, según ha podido confirmar el periódico estadounidense ‘The New York Times’ de fuentes de la Inteligencia. Las evidencias a las que ha tenido acceso el rotativo sugieren sin ningún género de dudas que la destrucción de la enorme infraestructura hidráulica de Ucrania, controlada ahora por Moscú, fue el resultado de una explosión interna, como mantienen ingenieros y expertos en explosivos.

El periódico ha publicado en las últimas horas una investigación que sugiere que la carga explosiva que destruyó el muro que contenía el agua se detonó en un pasaje que atraviesa la base, una zona a la que es imposible acceder desde el exterior. El talón de Aquiles se encontraba en sus entrañas y eso únicamente podrían saberlo sus constructores. Moscú disponía de los planos de ingeniería porque se trata de una obra de la época soviética.

Captura de vídeo que muestra los instantes posteriores a la ruptura de la pared principal de la presa
Captura de vídeo que muestra los instantes posteriores a la ruptura de la pared principal de la presa
REUTERS

Detonación desde el interior

Fue erigida con un enorme bloque de hormigón en su base, que es atravesado por un pequeño pasadizo al que se accede desde la sala de máquinas de la presa. Fue en este pasillo, sugieren los expertos, donde detonó la carga que destruyó la presa aquella fatídica madrugada. Una vez abierto un boquete, el poder del agua corriente abrió una brecha cada vez más grande en el muro. "Claramente fue afectada por una fuerte explosión provocada por quien controla las instalaciones: Rusia", ha publicado el ‘Times’.

A la misma conclusión había llegado un equipo de expertos legales internacionales que ayudan a los fiscales de Ucrania en sus investigaciones preliminares. Este estudio señalaba como "altamente probable" que el colapso de la pared principal de la presa ubicada en la región de Jersón había sido causado por explosivos colocados por las tropas invasoras. En su opinión, el objetivo era distraer la atención de una contraofensiva "vacilante" contra las fuerzas del Kremlin.

El Pentágono descartó desde un primer momento un ataque externo a la presa, como un misil, una bomba o algún otro proyectil, y siempre evaluó que la explosión provino de una o más cargas colocadas en el interior.De la misma opinión es Gregory B. Baecher, profesor de Ingeniería de la Universidad de Maryland y miembro de la Academia Nacional de Ingenieros, que dio su opinión para el estudio de ‘The New York Times’. Consideró que la escala de la brecha indicaba que la barrera de hormigón subyacente había fallado, lo que sugiere que se habían colocado cargas en lo más profundo de la estructura. "Eso explicaría muchas cosas", dijo el profesor Baecher.

Vista de satélite de la presa
Vista de satélite de la presa
MAXAR TECHNOLOGIES

Grandes inundaciones

De cualquier forma, desde Moscú se mantiene la acusación sobre Kiev por el saboteo de la represa hidroeléctrica construida en los tiempos del Telón de Acero y bajo control ruso desde los primeros días de su invasión en 2022. Su muro contenía un embalse del tamaño del Gran Lago Salado de Estados Unidos. Su rotura provocó grandes inundaciones en una gran franja del campo de batalla, destruyendo tierras de cultivo y cortando el suministro de agua a los civiles.

Miles de personas se vieron desplazadas por las aguas de uno de los embalses más grandes del mundo, vital para regar las tierras de cultivo consideradas el granero de Europa. El desastre ha puesto en riesgo el suministro mundial de alimentos para millones y podría amenazar los frágiles ecosistemas durante décadas, consideran expertos medioambientales.

También hubo víctimas mortales, aunque no muy numerosas. La mayoría de los jóvenes de la zona ya huyeron de la ocupación rusa hace mucho tiempo, pero atrás quedaron personas mayores, incluidas muchas con discapacidades. "Se ahogaron, ya que no podían salir de sus casas ni trepar a los techos", según testigos. Se desconoce el número exacto de los fallecidos, pero las autoridades sostienen que es probable que las cifras aumenten a medida que retroceden las aguas.

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