Un trozo de España en el Ártico: el viaje sin fin del plástico

Cada año se vierten a mares y océanos entre 8 y 12 millones de toneladas de este contaminante que ya está en todos los lugares del planeta.

Miles de envases plásticos flotan en la playa Montesinos (República Dominicana).
Miles de envases plásticos flotan en la playa Montesinos (República Dominicana).
Orlando Barría

A cientos de metros en el fondo del mar, en la cima más alta de la Tierra, en los jardines de la ciudad, en las playas o, incluso, en los lugares menos habitados del planeta como la Antártida o el Ártico. Viaje hasta los confines del mundo que, cada vez, es más habitual. "El Ártico sigue considerándose una zona virgen pero nuestro estudio demuestra que esta percepción ya no refleja la realidad", advierte Melanie Bergmann, del Instituto Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina, en una investigación publicada en abril de 2022 en la revista Nature Reviews Earth & Environment. Una alerta que ha servido para que el Día Mundial del Medioambiente de este 2023 tenga a la contaminación por plásticos como epicentro.

Según datos de Naciones Unidas, "el mundo se ahoga bajo el peso de la contaminación por plásticos a causa de los más de 430 millones de toneladas de plástico producidas anualmente". Sólo entre 2016 y 2021, las investigadoras de este centro alemán recogieron 23.000 residuos plásticos de las playas de Svalbard en pleno Ártico.

La mayoría de los desperdicios que reconocieron en las playas de este archipiélago del mar Glacial Ártico pertenecían a países del entorno, principalmente, Rusia y Noruega, pero también descubrieron 'visitantes' más sureños. Entre los residuos 'cazados' se encuentran nombres reconocibles como Lanjarón, Cabreiroá, Font Vella, Industrias Plásticas Castro S.A. de Guipúzcoa y Ponienteplast S.A. de Almería.

A nivel local, destacan las investigadoras del Instituto Centro Helmholtz, los desechos plásticos llegan al océano desde los barcos y desde las comunidades del Ártico con sistemas deficientes de gestión de desechos. Sin embargo, estos residuos son capaces de recorrer miles de kilómetros desde el Atlántico, el Mar del Norte o el Pacífico Norte. "El plástico en el mar se comporta de manera muy diferente si hablamos de plástico flotante o no flotante", señala Jorge Blanco, analista senior de Sistemas de Información Geográfica de Oceana. Así se puede seguir según los algoritmos desarrollados por la iniciativa The Ocean CleanUp.

Lo que es cierto "es que están prácticamente en cualquier lugar del océano, ya sea en las aguas superficiales o en los fondos", añade Blanco. La inmensa mayoría de la basura marina que se encuentra fuera del alcance de la vista se puede ver en el visor diseñado por esta organización.

Aunque se desconoce la cantidad exacta de plásticos presentes en las aguas marinas y oceánicas se estima que más de una séptima parte se encuentra en las profundidades del mar. "En las expediciones científicas llevadas a cabo por Oceana hemos visto como algunas especies están utilizando el plástico como refugio, provocando así que vivan e interactúen con entornos que pueden resultar nocivos para ellas", detalla Blanco.

Sin embargo, no es el único daño que provoca en los ecosistemas marinos. "Muchas especies lo confunden con alimento", explica Celia Ojeda, responsable del área de biodiversidad de Greenpeace.

¿Origen? A pie de alcantarilla

Cada año se vierten entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico a mares y océanos que viajan impulsadas por las corrientes marinas hasta los lugares más remotos del planeta. Pero ¿y si el viaje se hace al revés? ¿Cuál es el origen? Numerosas ciudades españolas han llevado a cabo una iniciativa para concienciar a la ciudadanía: "El mar empieza aquí" adjuntan como leyenda varias alcantarillas. "La contaminación por plásticos se tiene que parar en tierra", avisa Ojeda.

Cuando nos deshacemos de un plástico, este puede terminar en un vertedero, ser incinerado o reciclado. "Todos aquellos que acaban en vertederos tienen mucha capacidad de poder a través de flujos o corrientes de agua de poder llegar a los océanos", explica la portavoz de Greenpeace. Así lo refleja este viaje de un plástico lanzado en Valladolid para acabar en una gran isla de basura en el océano, según los datos de The Ocean CleanUp.

"Estamos hablando de un mundo globalizado en el que no todos los países tienen vertederos, a lo mejor más o menos controlados", detalla Ojeda. Los residentes de Europa, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur se encuentran entre los usuarios más prolíficos de plástico, consumiendo alrededor de un tercio del total mundial, pero el porcentaje de residuos lanzados al mar son muy pequeños debido a un desarrollado sistema de recolección y eliminación de desechos que funcionan relativamente bien. No obstante, la gestión de residuos está bastante atrasada en Asia, en África Occidental o en América Latina.

De hecho, se calcula que alrededor de 1000 ríos son los causantes del 80% de la contaminación por plásticos de los mares y océanos del planeta. En el estudio, del total de 100.887 desagües de ríos y arroyos incluidos en la investigación se descubrieron que 31.904 lugares emiten desechos plásticos al océano. "Solo el 9% se recicla, y alrededor del 22% de los desechos plásticos en todo el mundo no se recolectan, se desechan de manera inadecuada o terminan como basura", recuerda Ojeda.

Islas de basura

Billones de plásticos y microplásticos que flotan por las aguas marinas y que se han concentrado en lo que los expertos han denominado "islas de la vergüenza". En total cinco grandes masas de basura repartidas por varios océanos del planeta: dos en el Pacífico, dos en el Atlántico y una en el Índico. Aunque también se encuentran en el Mediterráneo. "Representa el 1% de las aguas del planeta y concentra el 7% de todos los microplásticos", señala Almotaz Abadi, vicesecretario general de agua, medioambiente y economía azul en la Unión por el Mediterráneo (UpM).

Estas concentraciones de basura en el océano son, principalmente, microplásticos menores de 5 milímetros que quedan atrapados en las corrientes internas oceánicas. "También sabemos que algunos accidentes geomorfológicos como cañones, montañas submarinas o cuevas se convierten en trampas de plástico, es decir, son lugares en donde el plástico queda atrapado y no es capaz de salir", apunta Blanco. Esto ocurre en el Mediterráneo, donde "el Estrecho de Gibraltar impide que salga", añade.

"Al ser un mar continental semicerrado, la totalidad del Mediterráneo se ve especialmente afectado por la contaminación por plásticos, que amenaza a sus especies y ecosistemas, así como a la salud de las personas. Los residuos no se tienden a acumularse cerca de las costas, particularmente en zonas urbanizadas, rutas comerciales, o con tráfico de embarcaciones de recreo, y en cañones submarinos", destaca el portavoz de la UpM.

400 millones de toneladas

La humanidad produce más de 400 millones de toneladas de plástico al año, de las cuales un tercio se utiliza solo una vez y apenas un 10% se recicla, y cada día se vierte a mares, ríos y lagos una cantidad de plástico equivalente a la carga de más de 2.000 camiones de basura.

"Necesitamos cortar el grifo de la contaminación, en este caso la producción masiva y el consumo masivo", apunta Ojeda. "Este Día Mundial del Medioambiente es un llamamiento para poner fin a la contaminación por plásticos", advierte Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas.

Precisamente, este organismo internacional lleva tiempo advirtiendo a la comunidad internacional del daño que causa la basura oceánica en la economía y el medioambiente. "Estos residuos diezman los ecosistemas marinos al provocar la muerte de más de un millón de animales al año y, además, encarecen en miles de millones de dólares la conservación de los océanos", responde la ONU.

El pasado año, 175 países aprobaron el año pasado una resolución histórica para acabar con la contaminación por plásticos y forjar un acuerdo internacional jurídicamente vinculante para 2024. Un cambio hacia una economía circular puede reducir el volumen de plásticos que llegan a los océanos en más de un 80% para 2040 y reducir la producción de plástico virgen en un 55%. "Debemos trabajar de forma mancomunada para acabar con nuestra adicción a los plástico", alerta Guterres.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión