El Consejo Constitucional francés validó este viernes el retraso de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años, la principal medida de la reforma de pensiones aprobada por el Gobierno.

Los nueve 'sabios' del Consejo han rechazado, sin embargo, otros mecanismos introducidos en la ley para compensar el retraso de la edad de jubilación, entre ellos, el llamado 'índice senior' (un mecanismo para obligar a las grandes empresas francesas a publicar un índice del número de empleados mayores de 55 años) y el 'CDI senior' (un contrato indefinido para empleados de más edad).

De igual modo, han denegado la primera petición de los partidos de izquierda de poner en marcha un referéndum de iniciativa compartida (RIP, por sus siglas en francés) que obligara al Gobierno galo a realizar una consulta popular sobre la reforma de las pensiones.

La Nupes, la alianza de partidos de izquierdas, presentó el jueves una segunda petición de RIP, pues temía que su primera solicitud iba a ser anulada por el Consejo Constitucional, lo que finalmente ha ocurrido. Con esta iniciativa dicha alianza pretende mantener la edad máxima de jubilación en 62 años.