Muere uno de los niños rescatados de una cueva en Tailandia en 2018

Duangpetch Promthep, uno de los 12 niños rescatados tras quedar atrapados dentro de una cueva en Tailandia en 2018, ha fallecido en el Reino Unido a los 17 años por causas aún desconocidas, según informó este miércoles una oenegé que lo becó para estudiar en Inglaterra.

"La Fundación Zico quisiera expresar sus condolencias por el fallecimiento de Dom (apodo del niño), Duangphet Phromthep, un estudiante becado de la Fundación Zico. La Fundación Zico informará más tarde de los detalles y la causa de su muerte", indicó esta oenegé en su página de Facebook. Al parecer, fue hallado inconsciente el domingo en su habitación y trasladado a un hospital, donde murió el martes, según han informado fuentes cercanas al asunto a la cadena de televisión británica BBC.

El menor estudiaba desde finales del pasado año en la Academia de Fútbol Brooke House College en Leicester, becado por la Fundación Zico.

Supatpong Methigo, un monje del templo Wat Doi Wao, en Chiang Rai, la ciudad de origen de Promthep en Tailandia, señaló en Facebook que la abuela del joven informó hoy a la comunidad monástica, con la que estudió el joven de niño, del fallecimiento.

El monje añadió que, según la abuela, el menor falleció a causa de un accidente del que no dio más detalles y dijo que las causas "no están claras".

Dos semanas en una cueva

Promthep tenía 13 años cuando, el 23 de junio de 2018, se adentró junto a sus compañeros de entre 11 y 16 años y su tutor de 26 en una cueva de la provincia de Chiang Rai después de un entrenamiento de fútbol y quedaron atrapados al verse sorprendidos por las intensas precipitaciones que inundaron parte de los túneles del complejo. 

Después de una intensa búsqueda, buceadores británicos les localizaron nueve días más tarde, hambrientos y en la penumbra, en una zona no inundada de una sala a cuatro kilómetros en el interior del complejo de cuevas.

El titánico rescate de todos ellos se llevó a cabo buceando tras suministrarles ketamina para mantenerlos anestesiados y facilitar las labores de los buzos, dado que ninguno de los atrapados contaba con nociones de buceo.

Esto permitió su extracción y evitó que sufrieran ataques de pánico durante las repetidas inmersiones en las turbias y turbulentas aguas, además de evitar que sufrieran hipotermia. Para escapar, los menores fueron sacados uno a uno a través de un laberinto de cuevas con aguas bravas y desconocidas.

Tras el rescate, la cueva se convirtió en un punto de peregrinaje con entre 1.000 y 3.000 visitantes diarios.

El dramático rescate fue llevado a las salas de cine a través de la película "The Cave" (La cueva) y la plataforma Netflix estrenó el pasado año una miniserie de seis episodios sobre el suceso.