España abre en Iskenderun un hospital de campaña para víctimas del terremoto
De momento son unas pocas tiendas repartidas en una explanada y un montón de lonas por el suelo, tablones y mangueras, pero en pocas horas aquí se levantará un hospital de campaña entero.
De momento son unas pocas tiendas con forma de inmensa oruga blanca repartidas en una explanada y un montón de lonas por el suelo, tablones y mangueras, pero en pocas horas, aquí se levantará un hospital de campaña entero para dar servicio a los afectados por el terremoto de Turquía.
"Vinimos el viernes y esperamos estar operativos el lunes por la mañana", declara a Efe Paco Sigüenza, coordinador del equipo de 82 personas enviado por el Ministerio de Exteriores español por petición del Gobierno turco.
El hospital contará con unidades de traumatología, obstetricia, pediatría y demás especialidades médicas, además de tener una programa de apoyo psicosocial, explica.
El lugar elegido, el recinto de ferias y exposiciones de Hatay, a pocos kilómetros al sur de la ciudad de Iskenderun, es "estratégico", explica, porque facilita el traslado de víctimas de varias zonas gravemente afectadas.
Aunque en esta zona aún funcionan ciertos servicios, en la cercana Antioquia, a 60 kilómetros, hasta los hospitales están destruidos y las ambulancias no paran de trasladar a pacientes desde allí a Iskenderun.
El puerto industrial de esta ciudad habría sido un lugar ideal para recibir y distribuir ayuda, pero ha quedado completamente inutilizable tras un incendio que duró cuatro días y solo pudo ser controlado el jueves pasado con hidroaviones.
Aquí está fondeado también el portaaviones español Juan Carlos I, que ha desembarcado en una playa cercana un gran equipo militar que ayudará en el trabajo de desescombro de la ciudad.
El hospital de campaña español, que ha llegado mediante un vuelo a Adana, tendrá capacidad para atender a unos 200 pacientes cada día, realizar siete intervenciones quirúrgicas mayores y acoger a 20 personas hospitalizadas, según sus responsables.
El equipo START, siglas del equipo español de ayuda en emergencias, cuenta con sesenta profesionales de la sanidad pública española, así como miembros de varias ONG.
Una delegación de bomberos de la Comunidad de Madrid, que acaba de regresar de una misión de búsqueda de supervivientes en la cercana ciudad de Antioquia, se ha acercado al equipo y echa una mano levantando las tiendas blancas.
Son viejos conocidos que han coincidido en más de un área de desastre y hay abrazos antes de pasar a la tarea.
Con un trabajo en equipo, extendiendo las lonas y tirando de las cuerdas, las salas de tela se levantan en pocos minutos y empiezan a cubrir la ancha explanada.
En el cercano pabellón del centro de exposiciones, entre césped, palmeras y un estanque, trabajan mientras tanto los dos especialistas en salud mental.
El edificio, que ha sobrevivido al terremoto sin daños, y dispone de agua corriente y electricidad, acoge a numerosas familias de Iskenderun que han perdido sus casas y ahora se han instalado, con algunas mantas, entre los sofás y despachos del moderno centro.
Una mujer mayor se acerca para dar reiteradamente las gracias a las cooperantes españolas por haber venido a ayudar.
Mientras tanto, unas niñas de apenas seis o siete años se han colocado ante el micrófono de la cámara de un periodista y escenifican un baile como si se hallaran en un escenario.
"Waka, waka", cantan entre risas, sintiéndose Shakira por un momento.
O bien el trabajo de la unidad de atención psicológica ya ha dado resultados o las niñas tienen una capacidad sorprendente de superar la pérdida de todo lo que tenían y se toman la vida entre un par de mantas en un rincón del centro como un gran juego.
