¿Qué balance hace del 2022?
Ha sido un año que empezó con muchísima inestabilidad y que, poco a poco, se fue estabilizando, en parte por la recuperación de los servicios por parte de las navieras, en parte por la caída en la demanda, que ha acelerado la vuelta a la normalidad.

¿Cuáles son las principales causas de esa inestabilidad en el sector?Seguimos sufriendo todavía las consecuencias del coronavirus. Parar por completo la cadena logística marítima durante semanas, sumado a circunstancias extraordinarias como el bloqueo del canal de Suez, hizo que se descompensaran los flujos, se acumularan contenedores y se congestionaran puertos por la acumulación de buques esperando entrar a cargar y descargar. Recuperar ese flujo continuo es muy lento y hasta este septiembre no se ha empezado a notar la mejoría.

La pandemia de la covid-19, la guerra en Ucrania, la subida de los precios de los combustibles… ¿cómo se han enfrentado desde JCV Shipping a todas estas problemáticas?Está en nuestro ADN ser gente inquieta e innovadora. En 2016 comenzamos nuestro proceso de digitalización, que nos llevó dos años. Eso nos permitió que, el mismo día en que se declaró el estado de alarma, mucha de la gente que forma JCV comenzara a teletrabajar con el mismo nivel de servicio a nuestros clientes que veníamos ofreciendo hasta entonces. La pandemia nos demostró todo lo flexibles que podíamos ser. Todo lo que ha venido después ha sido mucho más sencillo de gestionar porque veníamos de un escenario mucho peor.

¿Cuándo esperan haber superado por completo los efectos de la pandemia?Si todo sigue la misma evolución que hasta ahora, confiamos en empezar el año con relativa normalidad.

¿Cómo afecta la congestión de los puertos a nivel mundial a la exportación marítima?En primer lugar, afecta en términos de servicio al cliente, ya que los buques se ven obligados a posponer su llegada prevista por retrasos en escalas anteriores. En segundo, tiene consecuencias en cuanto al precio de transporte, puesto que al retrasar el tiempo de tránsito, los barcos no pueden hacer todas las rotaciones al circuito que tienen previstas, los contenedores se acumulan, se incrementa la demanda, la oferta se reduce y los precios se encarecen. Y en tercer lugar, empeora la optimización de flujos, puesto que al retrasarse los tiempos de transito los cargadores necesitan comprar antes y se incrementan sus pedidos.

¿Qué papel juega Aragón en la industria exportadora?
A nivel nacional estamos por encima de la media. La explotación de una ubicación privilegiada con corredores ferroviarios a los principales puertos españoles y el establecimiento de empresas logísticas y cargadoras de primer nivel ayudan a que la industria aragonesa disponga de servicios fiables y competitivos que ayudan en su proyección internacional.

¿Qué esperan de 2023?Creemos que el comercio internacional marítimo se va a ralentizar. Venimos de dos años muy convulsos. La recuperación de los servicios y la desaceleración de la economía son la combinación para que esto ocurra.

¿Proyectos de futuro de JCV Shipping? 
Siguiendo con nuestra máxima de escucha activa de nuestros clientes, nuestra terminal ferroviaria va a disponer de almacén de deposito temporal aduanero, lo que facilitará las oportunidades logísticas de Zaragoza y más concretamente de todas las empresas ubicadas en Plaza. Además, y en un momento en que las navieras están optando por la ‘Rayanerizacion’ de su oferta (precios cambiantes, de ultimo minuto, para un tipo de servicio muy determinado), tenemos un proyecto de automatización de ofertas que hará que nuestros clientes tengan información detallada y actualizada de la evolución de precios y servicios por cada naviera, origen y destino.