La tormenta ártica se debilita tras causar más de 30 muertos y congelar EE. UU.

El temporal, con temperaturas de hasta 48 grados bajo cero, deja miles de aviones en tierra, carreteras cortadas y grandes áreas sin electricidad.

Un restaurante cubierto de hielo en el lago Erie, cerca de Bufflo
Un restaurante cubierto de hielo en el lago Erie, cerca de Bufflo
KEVIN HOAK

El temporal ártico en Estados Unidos comenzó este domingo a rebajar su intensidad después de dejar al menos 38 muertos, temperaturas de 30 a 48 grados bajo cero en cientos de ciudades y miedo, mucho miedo, a que ahora, con el deshielo y la posibilidad de los rescatistas de acceder a numerosas áreas bloqueadas este fin de semana por la nieve aparezcan nuevas víctimas mortales. No obstante, el país todavía se enfrenta a un frío intenso y sensaciones térmicas mucho más desasosegantes, un racionamiento energético de emergencia en miles de viviendas y un esfuerzo titánico para la normalización aérea, crucial en estas fechas navideñas.

El portal Flight Aware contabilizaba este domingo 1.400 vuelos cancelados, muchos por los cierres de los aeropuertos de Milwaukee (Wisconsin) y de Buffalo (Nueva York), uno de los condados habitualmente más fríos durante el invierno y que esta vez ha apuntado registros nunca conocidos. Un ejemplo perfecto de la envergadura de la denominada 'bomba' ártica, producto de la colisión de una masa polar y otra tropical que es capaz de generar una tórmenta "única en una generación", según los meteorólogos.

La situación del sector aéreo ha mejorado paulatinamente desde que el viernes fueran suspendidos casi 6.000 viajes en todo el país y otros 3.488 el día de Navidad, con la consiguiente frustración de miles de reuniones familiares. Nada de esa mejoría ha solucionado, sin embargo, el galimatías de los equipajes en los aeropuertos, con miles de maletas acumuladas para desesperación de sus dueños.

'Elliot', como se ha denominado a este temporal "histórico" según el Servicio Meteorológico Nacional, ha sido realmente el Grinch en su versión más caótica y trágica. Casi dos millones de estadounidenses permanecieron la Nochebuena a oscuras, bien debido a sobrecargas o al desplome de los tendidos eléctricos bajo la nieve y el viento. Hubo ráfagas de cien kilómetros por hora. en la calle "era como tener un folio en blanco delante de la cara", han explicado algunos testigos.

Otro número indeterminado de personas, pero muy numeroso, la pasó en albergues, casas de amigos o refugiados en restaurantes que decidieron mantenerse abiertos toda la madrugada para no dejar a los clientes a la intemperie. Lo peor pudo resultar para quienes se arriesgaron o no tuvieron otro remedio que aventurarse en las carreteras heladas. La gobernadora de Nueva York prohibió circular por el condado de Erie y algunos de sus colegas aconsejaron la misma medida en otros territorios estatales. Pero el desafío ha sido demasiado complicado en una de las festividades con mayor movilidad de tráfico del año.

En total, Ohio, Nueva York, Kansas, Kentucky, Colorado, Tennesse, Wisconsin y Misuri han confirmado la existencia de víctimas mortales. Hasta anoche, al cierre de esta edición, sumaban entre veintidós y veintiséis fallecidtos, según las versiones de unas u otras fuentes. El martillo de Thor ha castigado amplias zonas del Medio Oeste y del este. Según los servicios de rescate, la mayoría de los óbitos han sido consecuencia de accidentes de tráfico, pero también se han registrado casos de infortunados congelados en las calles o en el interior de sus coches, atascados sin esperanza en carreteras bajo la nieve.

Ohio lideraba anoche el balance trágico, con ocho muertes. Cuatro de ellas ocurrieron el viernes al colisionar 46 vehículos en una autopista de peaje, en un tramo de varios kilómetros cuya imagen se asemejaba a la de un desguace de trailers destrozados y coches aplastados. Buffalo, otra de las áreas más afectadas, contabilizaba siete víctimas mortales, todas ellas localizadas en sus casas o en la vía pública. Las autoridades no descartan que a lo largo de hoy se descubran «muertes adicionales».

Lo mismo sucede en otros Estados. Nunca, desde los años 80 al menos, tal volumen de paisaje estadounidense se ha petrificado así, aunque 2019 también dejase una estampa de hielo, silencio y devastación en Chicago o Minesota. En las Montañas Rocosas, Elliot depositó su aliento más gélido con 48 grados bajo cero. Se busca a excursionistas que, pese a todos los avisos y cierres policiales, pudieron aventurarse en los bosques antes del fin de semana. Nueva York pide a los propietarios de motos de nieve que las cedan a los rescatistas. Los servicios de emergencia temen que según pase el fenómeno y las carreteras cegadas vuelvan a ser accesibles empiecen a localizarse coches con nuevos cadáveres.

Centros de acogida

La Policía y los bomberos ayudan para que el personal sanitario llegue a los hospitales. Han iniciado también la penosa tarea de visitar domicilios o registrar lugares abandonados en busca de personas sin techo a las que la bajada del mercurio hubiera sorprendido desprotegidas. No obstante, varios albergues de Nueva York relataron ayer cómo este fin de semana "hemos recibido a usuarios que nunca habían venido a un centro de acogida. El miedo a congelarse ha podido más que sus reticencias". Las emisoras han repetido los mensajes de alerta ante los braseros o los tubos de escape que puedan bloquearse por la nieve para evitar intoxicaciones.Y falta luz. A mediodía de ayer, 173.000 usuarios en Maine, Virginia, New Hampshire y Pensilvania continuaban sin electricidad. Nueva York, donde ha sido desplegada la Guardia Nacional, y Carolina del Norte solicitaron a la población que no consuma más energía de la imprescindible y anunciaron la posibilidad de cortes puntuales.

Hay pocos lugares que hayan permanecido al margen de las astillas de hielo de Elliot. Desde Canadá, cuyo Gobierno cree que está resistiendo mejor por su prolongada experiencia en inclemencias sobrecogedoramente extremas, hasta Texas y El Paso, donde los migrantes que conservan un hilo de esperanza de hallar asilo en EE UU hacen hogueras y se cubren con pesadas mantas. El ciclón ártico ha cubierto los Apalaches, el Medio Oeste y grandes áreas de Nevada, Idaho, Utah, Oregón, Wyoming y la cálida California. Ahora avanza «lentamente hacia el este mientras se debilita». Y siempre queda el milagro de la Navidad: en Minesota, bajo la ventisca, a oscuras, los bomberos rescataron a un bebé de un año que sobrevivía a duras penas en una cabaña con la ayuda de un ventilador mecánico.

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