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Qué es la 'bomba sucia' que Putin podría usar como excusa para el Armagedón

Rusia denuncia que Ucrania planifica detonar un arma nuclear y elevar la guerra a un conflicto definitivo mientras Kiev lo tacha de pretexto.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, en Astana
El presidente de Rusia, Vladímir Putin
RAMIL SITDIKOV / KREMLIN POOL /

El terror nuclear resurgió este domingo en la guerra ruso-ucraniana. El ministro de Defensa del Kremlin, Serguéi Shoigú, mantuvo un inusitado despliegue de comunicaciones con Occidente al llamar a sus homólogos francés, británico y turco para trasladarles el temor a que el Gobierno de Kiev esté fabricando una 'bomba sucia'. Según Shoigú, se trataría de un plan ideado como «provocación» para hacerla detonar en propio territorio de Ucrania y culpar del ataque a Moscú. Sin embargo, advirtió que un hecho así convulsionaría a la comunidad internacional, contribuiría a una «escalada» impredecible, pero definitiva, del conflicto y probablemente a una conflagración sin retorno.

Una 'bomba sucia' es un artefacto nuclear cuyo objetivo no consiste en causar la hecatombre de una explosión atómica, sino una destrucción más contenida mediante la dispersión de material radiactivo. Un infierno letal, en cualquier caso, para todas aquellas personas residentes en su área de acción y con consecuencias contaminantes a muy largo plazo. Algunos medios rusos explican que la fabricación está en su fase final y que ha sido encomendada a científicos del Instituto de Investigación Nuclear de Kiev, utilizando el uranio de las minas de Zhovti Vody, una ciudad de la región de Dnepropetrovsk que concentra los yacimientos del país.

Resulta extremadamente complejo discernir la veracidad de la denuncia de Moscú. La invasión de Ucrania se caracteriza por una guerra paralela de desinformación en la que participan Moscú y Kiev, pero también Estados Unidos y el Reino Unido, los cuatro actores que suministran informes prácticamente a diario. En el tramo actual de la contienda, en el que se habla del 'fantasma nuclear', con alarmante asiduidad, Shoigú recurrió ayer ante los ministros de Defensa europeos a la teoría de la «provocación» ucraniana, enmarcada en una «tendencia constante a la intensificación descontrolada» que está adoptando la guerra.

Doble sentido

Pero tampoco es menos cierto que la amenaza de una 'bomba sucia' representa un argumento de doble sentido: Kiev respondió a Shoigú que sus acusaciones son «mentiras peligrosas y absurdas» que constituyen un «pretexto» para que el Kremlin pueda considerarse libre de emplear una bomba atómica de baja intensidad contra el Ejército ucraniano, más ahora que la contraofensiva ha ganado terreno en las regiones ocupadas.

Segunda llamada a EE UU

Sea como fuere, la multiplicación de llamadas del ministro ruso a los gobiernos occidentales resulta inédita. Aparte de sus colegas francés, británico y turco, Shoigú conversó con el secretario de Defensa de EE UU, Lloyd Austin; la segunda vez en tres días. En la anterior, celebrada el viernes, los dos hablaron sobre la contienda y acordaron «mantener los canales de comunicación abiertos».

La probabilidad de que apareciera el término 'bomba sucia' es algo que algunos observadores internacionales manejaban desde que la crisis bélica entró en un ángulo nuclear, entendido como un factor al alcance de varias manos capaz de llevar la guerra a un nuevo y terrorífico escalon. Anoche, la división era palpable entre los analistas, que se debatían entre creer que la alarma de Moscú puede ser real o solo una cortina de humo. Ben Wallace, ministro de Defensa británico, refutó la hipótesis de una 'bomba sucia' en manos de Ucrania.

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