Rusia, acuciada por el boicot occidental, sigue los pasos de China y busca aliados en África

El canciller ruso, Serguéi Lavrov, inicia su gira por el continente con el fin de tranquilizar a sus posibles socios sobre el futuro de la exportación.

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, tras reunirse con su homólogo egipcio, Sameh Shoukri, y el presidente Abdelfatá al-Sisi en su visita a Egipto
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, tras reunirse con su homólogo egipcio, Sameh Shoukri, y el presidente Abdelfatá al-Sisi en su visita a Egipto
REUTERS

La contundente respuesta de Occidente contra Rusia por la invasión a Ucrania ha acorralado al presidente, Vladímir Putin, que poco a poco ha visto reducidos sus apoyos. Aún cuenta con su gran baza, China, pero el jefe del Kremlin no quiere cerrar ahí su círculo. Su actual objetivo a nivel político es África, donde el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, desembarcó ayer, al iniciar en Egipto su gira por el continente con el fin de tranquilizar a sus posibles aliados sobre el futuro de las exportaciones de cereales, en jaque tras el ataque ruso al puerto de Odesa menos de veinticuatro horas después de firmar en Estambul el acuerdo para desbloquear el tráfico de grano.

"Hemos confirmado el compromiso de los exportadores rusos de productos cerealísticos de respetar todas sus obligaciones", declaró el canciller tras conversar con su homólogo egipcio, Sameh Shoukri, y el presidente del país, Abdelfatá al-Sisi. La visita a El Cairo forma parte asimismo de una campaña para demostrar que Moscú rompe con la imagen de aislamiento internacional a la que se ha visto abocado como consecuencia de la guerra. Su "gira por Estados africanos comienza con su visita a este país amigo mientras la diplomacia estadounidense corre de casa en casa por varios países suplicando, aguantad la risa, que no se hagan fotos con Lavrov para evitar que Rusia las utilice como prueba de que no está aislada", declaró la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajarova.

África, que se ha visto atrapada entre Rusia y Occidente desde que comenzó la invasión, es clave ahora mismo en la política del Kremlin. A pesar de la guerra, en esta región Putin cuenta con apoyos que no se han sumado a las sanciones en su contra. De hecho, el presidente de la Unión Africana y jefe de Estado de Senegal, Macky Sall, afirmó hace un mes que su continente es "víctima" del conflicto bélico por la crisis alimentaria que ha desatado y abogó por el levantamiento de las sanciones que afectan a las exportaciones de cereales y fertilizantes rusos. Con esta búsqueda de aliados, Moscú sigue el ejemplo de su gran socio, el gigante asiático, que cuenta con grandes empresas y explotaciones mineras en el continente africano.

Más del 40% del trigo

Muchas naciones se ven gravemente afectadas por la escasez de grano provocada por la invasión. Ucrania y Rusia suelen suministrar más del 40% del trigo a este continente. Y Egipto se lleva la palma. Según el Banco Africano de Desarrollo, solo en 2019 importó 3,62 millones de toneladas, más que cualquier otro país. El acuerdo firmado el viernes en Estambul permitiría la salida de entre 20 y 25 millones de toneladas de grano bloqueadas en Ucrania, así como facilitar las exportaciones agrícolas rusas.

A raíz de ello, Lavrov, que los próximos días continuará su breve gira por Uganda, Etiopía y la República del Congo, pidió ayer al secretario general de la ONU, António Guterres, el levantamiento parcial de las sanciones para facilitar las exportaciones. Guterres "se ofreció como voluntario para lograr la suspensión de esas restricciones ilegítimas y esperemos que lo consiga", aseguró el canciller ruso.

Cabe destacar que, aunque las sanciones no afectan al tráfico de alimentos rusos -el pacto de Estambul incluye una provisión para levantar amonestaciones contra el tráfico de fertilizante-, sí existen a juicio de Lavrov impedimentos comerciales que dificultan su participación en el acuerdo. Por ello pidió desactivar "sanciones ilegítimas, que incluyen a aseguradoras, acceso a los puertos extranjeros de los buques y de barcos extranjeros a los puertos rusos", recoge la agencia Interfax.

De ese modo, como recoge el diario ‘The New York Times’, Putin se presenta a sí mismo como el líder de un movimiento global que se levanta contra la dominación de Estados Unidos y sus aliados. Ese es el mensaje que transmite estos días Lavrov en África, con la esperanza de convertir la crisis alimentaria en su propio beneficio. Un movimiento que el gigante americano analiza ojo avizor. De hecho, el enviado especial de Washington para el Cuerno de África, Mike Hammer, también visitó ayer la región. Hasta el próximo 1 de agosto visitará Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía.

Senadores estadounidenses advirtieron el jueves que la creciente influencia de Rusia en el continente africano está poniendo en peligro los intereses de la Casa Blanca, según ‘The Washington Post’. Les preocupa, entre otras cuestiones, el reciente éxito de Moscú en reunir apoyo entre los líderes africanos contra las sanciones occidentales. "Me duele ver que los líderes africanos aceptan la desinformación sobre lo que está causando esta epidemia en África", lamentó el senador Tim Kaine.

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