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Esteban Peralta: "Putin se está convirtiendo en un paria"

El ex miembro de la Corte Penal de La Haya audita la situación en Ucrania. 

Esteban Peralta.
Esteban Peralta.
José Miguel Marco

Aunque a veces no lo parezca, aunque cueste más de lo deseable, al final siempre ganan los buenos. Para unos, Putin va ganando en Ucrania. Otros no lo tienen tan claro ya. Eso sí, unos y otros saben que la partida acabará en La Haya, en la Corte Penal Internacional. Allí, hasta hace escasas semanas, se encontraba el jurista zaragozano Esteban Peralta.

Ya en Zaragoza...

Efectivamente. Me reincorporo ahora a la Universidad de Zaragoza después de 20 años en La Haya. Primero estuve un año en el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia. Y después, desde su nacimiento, 19 años en la Corte Penal Internacional. Por cierto, fui el primer español en entrar en ese órgano.

¿Podemos asociar el conflicto actual en Ucrania con la desintegración de Yugoslavia?

La relación entre Serbia y Rusia es muy estrecha. ‘Yug’ significa sur en ruso. Y también en serbio.

Yugoslavia: los eslavos del sur.

La relación no es nueva. No podemos olvidar la independencia de Kosovo, un agravio para los serbios. Y, por extensión, para los rusos. Pero yo entiendo que ahí hay mucho de excusa.

¿Por qué?

Porque Putin no ha sabido asumir el declive de Rusia. Está tratando de mantener por la fuerza de las armas un estatus de superpotencia que ha ido perdiendo. Las dos superpotencias actuales son Estados Unidos y China, y a Putin le cuesta admitirlo. Antes, Estados Unidos era la potencia liberal, y la URSS, la antiliberal. Ese papel antiliberal, o iliberal incluso, se lo ha arrebatado China.

¿Rusia persigue reconstruir la antigua URSS?

Claro. Todo se les desvaneció hace tres décadas. Los países desgajados de la antigua URSS y del antiguo Este quisieron incorporarse a Occidente, a esas experiencias de éxito que eran la Unión Europea, el Consejo de Europa y la OTAN.

Incluso Rusia formó parte del Consejo de Europa. No de la Unión Europea ni de la OTAN, por supuesto.

Del Consejo de Europa, hasta marzo o abril pasados, tras la invasión de Ucrania. Para todos estos países que habían pertenecido a la órbita soviética, era la tierra prometida, aunque seguían viendo con recelo a Rusia. Habían quedado, décadas atrás, las intervenciones en Checoslovaquia, Hungría o Polonia. Todos estos países querían escapar del yugo de Rusia. Esto es lo que ha querido hacer una buena parte de Ucrania, aunque también hay una porción prorrusa. El Donbas, Donetsk y Lugansk, han sido una cabeza de puente, hasta que han decidido la invasión.

Pensaban que iba a ser un paseo militar…

Pero se han encontrado con un pueblo que ha luchado fuertemente, además de con una gran ayuda occidental.

¿Cómo está visto actualmente Putin en La Haya?

Mi impresión es que Putin se está convirtiendo en un paria.

¿Un loco?

Más que un loco, un dictador que ha lanzado esta guerra para tratar de defender a la llamada Madre Rusia, a la periclitada gloria de la URSS. No hay que olvidar que para Putin, su peor momento fue la caída de la URSS. Él trata de vestirse de héroe. Las consecuencias las estamos viendo.

¿Acabará Putin en el Tribunal de La Haya?

En eso confío. Decían que Milosevic no sería juzgado, y acabó en La Haya…

Se augura un otoño caliente. Y paradójicamente, puede ser frío si Putin corta el gas ruso...

Las materias primas constituyen la mayor riqueza de Rusia, su mejor arma. Es un factor a considerar, aunque no suelo hablar de economía, sino de Derecho.

¿Por qué ha entregado su vida al Derecho, a la defensa de la ley?

Me parece algo apasionante. Recuerdo cuando fui enviado al Congo, a Centroáfrica… Y también más cerca de Europa, a Libia. Experiencia con muchos riesgos, por cierto.

Cuente, cuente, por favor.

Teníamos que entrevistarnos con el hijo de Gadafi.

¿Logró hablar con él?

Sí. Pero estuve un mes retenido. Durante un traslado, monté en una camioneta y tuve que dejar mis pertenencias en la camioneta que venía detrás. La que venía detrás la perdimos de vista. Pensé que era el final…

No lo fue. Aquí sigue...

Así es. Antes en La Haya, y ahora impartiendo Derecho Internacional Público en la Universidad de Zaragoza. Recuerde que sin Derecho, no somos nada...

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