Es, sin duda, la noticia de este 7 de abril, por mucho que en España este día esté para siempre asociado a cierto santo muy venerado. El primer ministro británico, Boris Johnson, anunciaba su dimisión después de varios días en la cuerda floja, y todas las cadenas de televisión y diarios digitales se apresuraron a hacerse eco del asunto.

También, por supuesto, la BBC, la poderosa cadena de televisión británica, que hizo una auténtica demostración de poderío para desarrollar la noticia. Cámaras, corresponsales, enviados especiales... todos colaboraron para cubrir todos los aspectos de la dimisión del 'premier'. Y en medio de tanto trajín, también hubo tiempo para el relax, al menos para alguno.

Ros Atkins estaba en plena conexión informativa desde la residencia en Londres del primer ministro, el 10 de Downing Street, cuando desde realización quitaron accidentalmente su cámara y pincharon la de Tim Willcox, jefe de informativos de la cadena, que en ese momento estaba tan tranquilo en plató mirando el móvil con los pies encima de la mesa.

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La voz de Atkins seguía escuchándose como si nada, pero Willcox se percató -o le avisaron- de lo que estaba ocurriendo y, dando un respingo, se quitó las gafas, apartó el móvil y se sentó correctamente en su silla de presentador. Todo ello en cuestión de dos segundos, los que tardaron desde realización en subsanar el error y volver a pinchar la imagen de Atkins, que permaneció ajeno a lo que estaba ocurriendo en plató.

Por supuesto, Twitter se hizo eco rápidamente del tema, que en cuestión de segundos se hizo viral y provocó la carcajada de miles de personas.